VALENCIA EL BARBER
Simat de la Valldigna
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Altitud: 400 m Distancia: 4,1 km Desnivel: 347 m Pendiente Media: 8,46 % Coeficiente: 118
 

Altigrafía y comentarios enviados por:
M.A.Granero

 

Localización: En la rotonda que hay en la CV-50 donde se puede ir a Simat (CV-600/675), Benifairo (CV-6020) y Tavernes (CV-50), todos de la Valldinga, y a Alzira (CV-50), debemos de seguir la indicación que pone “camí” y no va a ninguna de lo anteriormente indicado y está asfaltado, o sea, que por descarte no queda otro y no hay perdida.

Especificaciones: Carretera asfaltada en sus primeros 2’5 km de unos cuatro metros de ancho sin señalización horizontal, pasando a estrecharse paulatinamente y ser de cemento posteriormente ya en la zona más dura y exigente. El tráfico es casi inexistente. La arboleda, aunque existente por zonas, es escasa y no resguarda mucho los días soleados. Mucha precaución en la bajada.

Fuentes: No se conocen fuentes durante la ascensión.

Comentario: Al amparo de su “hermano mayor” el Montduver, pues distan entre ambos apenas unos kilómetros y se vigilan y acompañan como ejemplo de convivencia entre el uno y otro, tenemos en la comarca de La Safor esta exigente subida, la cual si bien empieza de forma plácida y entre naranjos, esta va de menos a más sivilinamente, como si quisiera ir “cociéndonos” a fuego lento, pero eso es lo que debemos de hacer nosotros, tomárnosla con calma, así que más nos vale guardar para poder tener cuando luego se precise, ….. que falta hará.
Tras un primer kilómetro muy tendido al 3’3%, es a partir de mediados el segundo cuando nos aparecen las primeras rampas para ir tonificando las piernas y concienciarnos de los que se nos avecina poco más adelante, pues ya finalizando este segundo kilómetro y comenzando el siguiente la cosa se pone seria con rampas que de momento y por poco no llegan al 20%, “solo” al 19%.... En este momento nuestro objetivo es llegar bien al descanso que hay en el km 2’2, una corta bajada de 200 m nos va a permitir respirar y que la sangre vuelva a circular por nuestras piernas durante unos segundos, aprovechemos para reponer líquidos, pues ya la montaña no nos hará más concesiones, es más, se las cobrará y con creces a partir de cuando tomemos a mano derecha la zona de cemento que de golpe nos encontramos y nos obliga sin querer a mirar muy hacia arriba para poder ver lo que tenemos delante. Mal echo, eso nos hace pensar y lo que tenemos que hacer es pedalear para no desesperarnos y no venirnos abajo. El porcentaje no bajará del 13% en un buen rato.
Pero somos duros, sabíamos a lo que venimos y ahí estamos. Entramos en una bonita y dura zona herraduras donde podremos apreciar lo rápido que hemos ascendido para así intentar animarnos, ya que una vez salimos de la última nos queda por delante una “cuasi” recta de 500 metros al 18% de media con picos que llegan al 25%. Cuando ves ese tramo no crees que sea posible que la carretera se pudiera empinar más, pero….. así es. Lo bueno es que una vez lo superas, prácticamente estás arriba, por lo que ya lo das todo sabiendo que una vez llegues, la satisfacción de haberlo conseguido logrará que todo lo dado y entregando con esfuerzo, te será devuelto y con creces.
La ascensión termina donde finaliza el cemento, pues el camino continúa pero ya para “otro” tipo de bicicletas. Arriba no hay nada que indique la cima, aunque es evidente que estas en ella y se puede contemplar delante a su majestuoso hermano que nos vigila y nos mira para que cuidemos al “pequeño”.
Nota: el coeficiente real es 118 y no 88 como indica el gráfico.

Fotos:


Una de sus exigentes herraduras, donde podemos apreciar el estado del cemento y la escasez de arbolado y por consiguiente de sombras.



Vista de la cima.



Vista aérea del recorrido


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