Altigrafía y comentarios enviados por:
Josemi Ochoa

Localización: Nos situamos en la zona oeste de Durango, junto a la variante hacia Vitoria, entre unos edificios industriales con colores chillones y la ermita de San Roke. El ascenso se inicia en el paso bajo la variante.

Mapa de situación

Especificaciones: Hasta el barrio de Larrinagatxu, carretera amplia, señalizada y asfalto perfecto. A partir de ahí la carretera se estrecha y desaparece la señalización aunque el asfalto sigue en buen estado. Poco después de entrar en el tercer km, tenemos 150 metros de firme de grava para volver a un asfalto perfecto. Y, para que haya de todo, el último km tiene firme de hormigón en buen estado. Sombras abundantes que desaparecen en el último km y tráfico inexistente.

Fuentes: Mejor aprovisionarse por Durango, ya que aunque hay dos fuentes en el último km (las hemos puesto pequeñas en el perfil), a finales de agosto no tenían agua.

Comentario: Ésta es una de esas ascensiones de las que no tienes conocimiento porque apenas se ve en los mapas y te metes por una carretera y sigues y sigues hasta ver dónde acaba. Te puedes encontrar con sorpresas como la del tramo de grava donde estuvimos a punto de darnos la vuelta, pero optamos por seguir unos metros y vimos que continuaba el asfalto. Al final no es que resulte nada espectacular, pero se trata de una ascensión muy relajante y con un km final muy panorámico. Curiosamente en la cima aparece de nuevo el firme de asfalto, pero apenas llega a medio km de descenso hasta llegar a una ermita, donde no hay salida y tenemos que volver sobre nuestros pasos.
En cuanto a la ascensión, presenta un perfil muy irregular. Nada más salir del paso bajo la variante, tenemos que tomar el desvío a la izquierda por una carretera amplia y con una fuerte rampa que llega al 15%, aunque no demasiado larga. Un tramo casi llano nos lleva hasta el barrio de Larrinagatxu, donde de nuevo aumenta la pendiente, pero de forma bastante moderada. Poco antes de llegar a una curva de vaguada, vemos una fuerte rampa a la derecha que conduce a una residencia canina y que en principio era nuestra meta, algo que obviamos al ver que la carretera continuaba asfaltada por el interior de un espeso bosque, por lo que no se ve en los mapas. Mediado el tercer km llegamos al cruce con la carretera que asciende desde Bitaño. Hasta hace poco tiempo, esta carretera estaba intransitable, con un hormigón absolutamente descarnado, imposible para rueda estrecha. Ahora está perfectamente asfaltada hasta la Casa del Guarda, adonde llegamos tras superar una rampa de cierta dureza. Otro tramo a través del bosque y la pista se abre con unas espléndidas vistas hacia Durango y las rocosas cimas que lo rodean. La pendiente va aumentando de forma considerable hasta llegar a un máximo del 16% en un cruce donde debemos ir a la izquierda, trazando una herradura. La cima está a poco más de cien metros. Y lo comentado: salvo que queramos visitar la ermita, que no nos engañe la aparición del asfalto porque tendremos que volver atrás y es un repecho de 600 metros al 10%.