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Marcos Folgueira

Localización: Muy cerca del puerto exterior de Ferrol, junto a la pequeñita playa de Cariño comienza esta subida hasta el Monte Ventoso.

Especificaciones: Hay un tramo un poco irregular de hormigón en los primeros metros, que además se sitúa en una carretera estrecha encajonada entre muros y casas. En los últimos cien metros el asfalto tiene dos grandes socavones, el último muy cerca del final ocupa toda la carretera y os obligará a poner pie a suelo a no ser que seáis muy hábiles. Por lo demás encontraréis muy buenos asfaltos en todo tipo de carreteras, alguna muy estrechas como en el caso del acceso al observatorio de Monte Ventoso. Exceptuando los últimos metros encontraréis bastantes sombras. El tráfico fuera de los días de playa es prácticamente inexistente.

Fuentes: Ninguna conocida.

Comentario: Ferrol es un municipio coruñés situado al norte de provincia. Su situación geográfica entorno al norte de la resguardada Ría de Ferrol han convertido a este municipio en una potencia naval, gracias tanto al asentamiento de los astilleros, como a la Armada Española y los puertos comerciales, los segundos de mayor tráfico mercantil de Galicia. Casi toda la economía gira entorno a estos tres elementos, tanto que el futuro de los astilleros siempre ha tenido en vilo al futuro de esta ciudad e incluso toda su comarca. En la ciudad de Ferrol encontraréis el barrio neoclásico de la Magdalena, de galerías y miradores acristalados. También podríamos destacar la iglesia de San Francisco edificada en 1757 sobre una anterior como unión entre la ciudad vieja y las nuevas edificaciones. Por supuesto hay que hablar de las construcciones militares levantadas en el recinto del arsenal. Las más destacables son: el Gran Tinglado, el Almacén General, La Puerta del Dique y sobre todo el Cuartel General de Instrucción, que es uno de los grandes edificios neoclásicos de Galicia. Para los turistas también pueden resultar interesantes algunos edificios modernistas como el Teatro Jofre, el Hotel Suizo, el Casino Ferrolano, la Casa Mariño y la casa Pereira. Fuera de la ciudad son destacables los castillos de San Felipe y La Palma, antiguas puertas que resguardaban la entrada de la ría de los ataques exteriores. De alguna manera siempre he visto a la ciudad de Ferrol en caída libre. Desde los años ochenta los datos de población, actualmente de 66 799 hab. (INE 2018), han ido siempre hacia abajo, perdiendo desde el año 1980 casi 21.000 habitantes. Un dato muy llamativo viendo como muchas ciudades costeras han caminado en un sentido totalmente opuesto. Por supuesto hay que sumar el lamentable degradado de la ciudad, descuidada y envejecida. Ciertos datos me hacen pensar que parte de su población ha preferido asentarse en Narón, el municipio vecino que ha crecido demográficamente de manera importante desde los años 60, pero que también se ha estancado a partir del año 2013.
Monte Ventoso fue durante años de uso militar. En su cumbre está el antiguo observatorio meteorológico de defensa, rodeado de bunkers, baterías y túneles que es ahora un conjunto de ruinas y abandono. Por suerte hemos podido reciclar un poco este lugar como mirador. En un primer plano se pude otear la playa y lago de Doniños, al otro lado la entrada a la Ría de Ferrol, pero con vistas más amplias hasta A Coruña. En un día de condiciones atmosféricas adecuadas, atentos a esto porque lo de Monte Ventoso es por algo, podréis ver hacia el oeste las Islas Sisargas que se encuentran en linera recta a unos 44km.
La subida que se puede realizar desde Cariño hasta Monte Ventoso es interesante y de cierta dificultad pese a ser muy corta. El obstáculo principal está en ciertas rampas extremas que pueden superar puntualmente el 16% de pendiente, y principalmente en el duro km al 12,2% de pendiente media que se esconde en la mitad de la subida. Hay otra variante que sube por el este de Cariño que es un poco más fácil de ascender, porque no alcanza ni las rampas extremas de esta altimetría ni tiene ningún tramo de al menos 1km tan duro. Las otras vertientes que suben por el otro lado del monte, por el norte, no alcanza ni de lejos la dificultad de estas vertientes del sur.