CÓRDOBA PUERTO DEL AIRE
Puente de los Arenales (Sur)
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Altitud: 779 m Distancia: 15,92 km Desnivel: 479 m Pendiente Media: 3 % Coeficiente: 85
 

Altigrafía y comentarios enviados por:
Miguel Baeza y Martín Cerván

 

Localización: La subida se ubica en pleno corazón del Valle del Guadiato, entre la capital cordobesa y la localidad de Villaviciosa de Córdoba en la carretera CO-110. Comenzamos el ascenso al cruzar el puente de los Arenales, que se sitúa sobre el mismo río Guadiato.


Especificaciones: Carretera en perfecto estado, de unos 4,5 m. de ancho y completa señalización.
Gozaremos de sombras de manera intermitente, sobre todo al cobijo que nos ofrecen los pinos.
En cuanto al tráfico, cabe reseñar que no resulta especialmente molesto. Nos cruzaremos con pocos vehículos de motor.

Fuentes: No hemos observado ninguna, por lo que hay que extremar precauciones durante los meses estivales. Caso de estar abierto, hay un bar justo al inicio del puerto donde podremos abastecernos.

Comentario: Las serranas tierras que baña el Guadiato en su curso camino del Guadalquivir están constantemente jalonadas por carreterillas que serpentean entre olivares y dehesas.
Una más de entre tantas es la que, desde el denominado puente de los Arenales, se dirige hasta Villaviciosa de Córdoba previo paso por el puerto del Aire.
Prácticamente son dieciséis kilómetros los que separan inicio y final, un trayecto en el que encontraremos tramos con cierta exigencia y otros de largo descanso. Si se quiere, la subida puede dividirse en dos, ya que a los seis kilómetros iniciales de ascenso, hasta el denominado puerto de los Arenales, sigue una zona bastante cómoda de más de cuatro kilómetros en los que la tendencia es, aunque de manera suave, siempre descendente para afrontar, finalmente, los cinco mil quinientos metros finales hasta la cima del puerto del Aire.
Como nota distintiva de lo que suele ser habitual, en cuanto abandonamos el río y la típica vegetación riparia, un pinar adornará los márgenes de la carretera durante la mayor parte el ascenso del puerto de los Arenales para ir mezclándose, paulatinamente, con las características encinas.
Nos alejaremos raudos de las inmediaciones del río y, en su lugar, remontaremos uno de los arroyos que en él desaguan. En época de lluvias, tendremos el placer de contemplar incluso algún que otro pequeño salto de agua.
Por momentos la pendiente alcanza el doble dígito, aunque no faltarán descansillos que nos permitan recuperarnos y que harán más grata la ruta antes, incluso, del largo falso llano que encadena ambos puertos.
Después de coronar los Arenales, circularemos prácticamente por la cuerda de la montaña -por lo que tendremos perfecta visión hacia ambos lados del valle- para afrontar por fin la subida del Aire en la ladera Sur de la loma.
En una vaguada a izquierdas se inicia el ascenso con poco más de 1,5 km. en los que alguna rampa de hasta el 11% nos pondrá en algún aprieto, pero la verdadera dificultad vendrá en las rampas posteriores al último descenso con que nos topamos. Se trata de un repecho que nuevamente alcanza el doble dígito pero, por esta vez, con mayor constancia.
De manera paulatina la pendiente irá menguando hasta que coronamos a casi 800 m. disfrutando de una espléndida visión del valle del Guadiato y la Sierra Morena.


Fotos:
Atravesamos el puente de los Arenales sobre el río Guadiato:


El pinar nos cubre con prontitud:


Remontamos un afluente del Guadiato y pronto la panorámica sobre el valle es magnífica:


Carretera de las de disfrutar:


Las rampas alcanzan el 10% en varias ocasiones durante el segundo km.:





Tras un tramo algo más abierto, la carretera vuelve a adentrarse entre cerros arbolados:


Y las encinas van ganando terreno al pinar cuando estamos a punto de coronar Los Arenales:


Entramos en el falso llano siempre con vistas al Norte:


Aunque la tendencia es descendente, algún repecho sí que nos encontramos:


Algún claro en la fronda nos permite contemplar el paisaje:


Después de un cambio de vertiente, retomamos el ascenso camino del puerto del Aire justo en esta curva de vaguada:


Después de algo más de un kilómetro coronamos un repecho:


Y ganamos otro descansillo para afrontar las rampas más duras del ascenso:


Algunos olivos tampoco podían faltar:


Las vistas del valle empiezan a mejorar:




No en vano se trata de uno de los puertos más altos de la mitad norte de la provincia:


El ascenso se va encajonando poco a poco:


Y, de nuevo, se espesa la vegetación:


Coronamos a 779 m. de altitud tras casi dieciséis agradabilísimos kilómetros:


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