LUGO CEBREIRO, O
N-VI
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Altitud: 1305 m Distancia: 14,28 km Desnivel: 656 m Pendiente Media: 4,59 % Coeficiente: 100
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Cebreiro, O




Fotos de APM


Localización: Iniciamos la altimetría en Ruitelá,, a la salida de Vega de Valcarce, para seguir la N-Vi hasta coronar en Piedrafita, donde nos desviaremos a la izquierda por la LU-633 hasta O Cebreiro.
Especificaciones: Carretera muy ancha, en perfecto estado, con señalización horizontal y sin demasiado tráfico al circular este la por la autovía paralela. Sombras a tramos. A partir de Piedrafita la carretera se estrecha pero el suelo sigue siendo bueno.
Fuentes: Una en Ruitelán y otra en Las Lamas en el Km 4. Los bares de Piedrafita pueden sacarnos siempre de un apuro.
Descripción: La puerta de Os Ancares, Villafranca del Bierzo, sirve como paso fronterizo del Camino Francés entre el amplio valle del Sil y las imponentes montañas que hay que vencer para salir de León en el incansable discurrir hacia Galicia. El río Valcarce primero y esas redondeadas montañas de O Cebreiro nos irán brindando magníficos paisajes que hacen de esta una de las etapas míticas para todo peregrino.
Nuestra ascensión parte del municipio de Vega de Valcarce cuya historia aparece ligada al hecho de haber constituido desde siempre la principal entrada a Galicia en pleno Camino de Santiago. Dicha población que da nombre al municipio, no muy grande pero de bello caserío, se extiende por la vega del río. A uno y otro lado de la cuenca se erguían dos importantes castillos medievales, de los cuales hoy solo se conserva el de Sarracín. Todo el valle del Valcarce formó señorío en la Edad Media, cuando los poderosos arzobispos de Compostela tenían en sus manos tan codiciada posesión, imponiendo a todo aquel que quisiera pasar a Galicia un pago conocido como “portazgo”. El nombre actual de La Portela, un pequeño pueblo situado a 2 km río abajo, en un estrechamiento del valle, hace pensar que el “portazgo” estaba establecido en este punto.
Hemos ubicado el inicio del puerto en Ruitelán, por si, ante las inclemencias meteorológicas, tenemos que rogar a San Froilán y cobijarnos en la cueva donde moraba este futuro obispo de León. En este poblado también podremos visitar un puente, que ocupa el lugar del antiguo romano y un molino de principios del siglo XIX, que conserva íntegra en su interior su vieja maquinaria.
A 1 km de Ruitelán dejaremos a nuestra izquierda el Camino Viejo, el habitual de los peregrinos y mucho más exigente que este que os proponemos ahora y que aprovecha la N-VI para ir ganando altura de manera sosegada hasta el puerto de Piedrafita.

Solo los Km 6 y 7 encierran cierta dificultad y las rampas más exigentes, que en todo caso no llegan al doble dígito. Eso sí, la subida por esta ruta no tiene ningún encanto especial.
Este puerto era cruzado por la vía romana que por Triacastela conducía a Astorga. Más tarde, esa vía dio paso al camino medieval que llevaba a Santiago y a un Camino Real que a partir del siglo XIX fue paso de la primera carretera moderna entre Galicia y el resto de España. Como hemos ascendido hasta Piedrafita por la carretera nacional, la abandonaremos para alcanzar 4 km más adelante la localidad más importante de estos pagos, O Cebreiro, lugar repleto de historia, cultura, religión y atractivo natural que convoca a decenas de turistas y peregrinos que parten de allí en su ruta jacobea. Es una vieja aldea con las curiosas pallozas, que en la actualidad conforman un museo etnográfico, pero anteriormente eran las viviendas características.
Su iglesia de Santa María la Real es la más antigua del Camino de Santiago y su ubicación es estratégica, ya que antaño, cuando el tiempo se tornaba frío, nublado y la visibilidad era escasa, hacían sonar las campanas del pequeño templo para que los peregrinos pudieran orientarse. La importancia religiosa de este paso fue reforzada por el legendario milagro del Santo Grial. Los Reyes Católicos, de peregrinaje a Santiago, se detienen en el monasterio de O Cebreiro y donan el relicario donde se guardan las reliquias del milagro, cuya leyenda os contará cualquier vecino. El antiguo cáliz románico del monasterio figura en el escudo de Galicia.
El paso también tuvo gran importancia en la Guerra de la Independencia por su posición estratégica entre León y Galicia: varios centenares de británicos perdieron la vida debido a los rigores del invierno. Vosotros, para no morir de frío, daos un festín en alguno de sus restaurantes y no dejéis de probar su afamado queso. Y antes de proseguir ruta, una foto junto a su célebre Cruceiro es el recuerdo obligado de un pueblo inolvidable.
Mapa situación:

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