LLEIDA BOÍ-TAÜLL
Barruera
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Altitud: 2052 m Distancia: 16,8 km Desnivel: 947 m Pendiente Media: 5,64 % Coeficiente: 179
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LL02
Boí-Taüll






Localización: Iniciamos la medición 1,5 km después de Barruera, porque la pendiente ya se hace notar con 3 km al 4,5% de media y uno de ellos a casi el 7%. Lo habitual es poner el inicio en el cruce de desvío a ambas poblaciones, pero las piernas lo notan mucho antes.
Especificaciones: Carretera muy buena y ancha, con señalización horizontal hasta la salida de Boí. Sombras solo en la primera mitad de la ascensión. Tráfico escaso en el tramo final.
Fuentes: En Boí vimos una y en los mapas figura otra tras la vaguada derecha que atraviesa el ríu Sant Martí, a la izquierda, llamada Font de Moró. No se ve desde la carretera.
Descripción: El valle de Boí, en la Alta Ribagorza, es conocido en el mundo del arte a causa del extraordinario conjunto de monumentos románicos que posee. Las mejores obras de este estilo en Catalunya se encuentran en este lugar. Destacan las iglesias de San Juan de Boí, Santa María y Sant Climent de Taüll. Se trata de construcciones levantadas entre los siglos XI y XIIII que se caracterizan por un trabajo de la piedra muy detallado, los campanarios de varios pisos con arquillos y las pinturas murales. Este conjunto artístico fue distinguido por la UNESCO con la distinción de Patrimonio de la Humanidad.
Poco después de la localidad de Barruera dará comienzo la ascensión a la hermosa Estación Invernal de Boí-Taüll. Cuando llevamos casi 2 km de ascenso con porcentajes del 7% está situado el cruce hacia Erill la Vall, con una iglesia románica hermana de las de Taüll. Al paso por Boí se sitúa una de las zonas más duras de la escalada, con porcentajes de doble dígito. En esta bonita población el tiempo parece haberse detenido... y nosotros también, ante la dureza de las rampas. Otros 2,5 km de notable subida nos llevan a Taüll, en medio de un paraje tranquilo y agreste a 1500 m que ayuda a realizar la ascensión de forma más llevadera con el espectacular fondo pirenaico. Podemos ir contemplando los pueblecitos que se han quedado más abajo y que a medida que ganamos altura irán desapareciendo de nuestra vista. Visitamos, por supuesto, las iglesias de Santa María y Sant Climent: si no lo hacemos a la subida, nadie nos perdonará que no lo hagamos en el descenso.
De aquí en adelante irá apareciendo un paisaje más desolado de vegetación. Restan aún diez largos kilómetros hasta la cima de este coloso, frecuente final de etapa en múltiples ocasiones en la Volta a Cataluña. Con una simple mirada se puede comprobar toda la trayectoria de este final de la ascensión, que ha visto disminuir sensiblemente su porcentaje a partir de Taüll y que volverá a incrementarse en los últimos 6 km. La exigencia aparece de nuevo tras la enorme vaguada sobre el ríu Sant Martí, aunque enseguida encontraremos en breve descenso que rompe la media. Será a partir de una inmensa herradura en el Km 12,5, que parece no tener fin, cuando la pendiente se sitúe ya definitivamente en niveles cercanos al 7% hasta coronar.
Toda esta parte final, carente de arbolado, es muy llamativa, sobre todo por el majestuoso marco pirenaico en el que nos desenvolvemos. Una serie de curvas nos van llevando hasta el final a más de 2000 m de altitud. Habremos conseguido coronar uno de los puertos más interesantes y la estación de esquí de mayor cota de los Pirineos, que ha constituido un obstáculo de primera magnitud a través de uno de los más bellos valles que puedan conocerse. No es de extrañar que, al promocionar la estación invernal, los naturales aseguren que Boí Taüll es la montaña de los que buscan la libertad.

(adaptación de un artículo de IGNACIO ESPALLARGAS en Ciclismo a Fondo)
Mapa situación:

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