ALBACETE MONTE ARDAL
Boche
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Altitud: 1432 m Distancia: 15,85 km Desnivel: 810 m Pendiente Media: 5,11 % Coeficiente: 175
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AB07
Monte Ardal






Localización: Desde el inicio en el puente sobre el río Tús y hasta el cruce que conduce hacia Collado Carrascas y Tús, se trata de la carretera local A-9. A partir de ese cruce transitaremos por la A-12, hasta llegar a la pista asfaltada que nos dejará en la cima.
Especificaciones: La A-9 tiene una anchura de entre 4 y 5 m con asfalto en estado irregular. A partir del cruce de Tús, aumenta ligeramente su anchura y mejora el estado del asfalto y, finalmente, la pista que nos conduce a la cima, se encuentra en buen estado con una anchura de entre 3 y 4 m. Tráfico prácticamente inexistente en la A-9; escaso en la A-12, salvo en fin de semana, donde aumenta; e inexistente en la pista final. Las sombras más abundantes se centran en el inicio y en la parte final.
Fuentes: Nos encontramos una a la izquierda en el Km 4,7 de subida. No nos ofrece demasiado caudal de agua, pero raro será que la encontremos seca.
Descripción: El valle que forma el río Tús es uno de esos lugares que parecen haber sido diseñados para el descanso del cuerpo y de la mente. En él vamos a gozar de un entorno natural magnífico donde disfrutar de unos momentos inolvidables para recrearnos con nuestra amiga de dos ruedas, a la vez que nos podemos tomar unos merecidos días de descanso en su balneario o en el camping. La subida al Monte Ardal se puede atacar desde dos flancos. Haciendo un símil militar, una de ellas es la que nos hemos propuesto hoy: iniciar las hostilidades desde el valle del Tús, dirigiéndonos hacia Boche. La otra opción es sorprender al enemigo por la retaguardia, esto es, desde el valle del Segura pasando por Yeste: ambas vertientes comparten los 6 km finales. La subida que nos ocupa la podemos dividir en tres partes claramente diferenciadas: la primera, hasta coronar el Collado de Boche, nos depara gran continuidad en sus rampas y unas magníficas vistas; la segunda, un terreno llano donde poder recuperarnos para la tercera y definitiva; la subida final, la más exigente, hasta las instalaciones del Monte Ardal.
Comenzamos en el puente sobre el Tús y entre sombras gratificantes van a discurrir los primeros kilómetros, siempre con pendiente mantenida, que nos servirán para ir acompasando el ritmo. Llegamos al cruce a la aldea de Rala, que queda a nuestra izquierda, pero nosotros seguimos con nuestra marcha hacia arriba. Poco a poco vemos cómo ganamos altura y las sombras se van haciendo menos evidentes, mientras atravesamos una zona de herraduras, que nos conducirá a una zona más abierta, que fue seriamente afectada por el incendio que asoló estas sierras en el año 1994: afortunadamente la Madre Naturaleza ha resurgido de sus cenizas. Las vistas que se muestran ante nosotros son magníficas. Mientras vamos remontando la ladera podemos ver al otro lado del valle la sierra del Calar del Mundo, que se muestra prácticamente infranqueable, por la continuidad de sus cimas. Alrededor de 60 km de galerías subterráneas horadan este calar, de los cuales sólo la mitad ha podido explorarse. Toda esta sucesión de galerías surge al otro lado de la sierra, de forma espectacular, en la Cueva de Los Chorros, desde donde el río Mundo ve la luz y se despeña en una espectacular cascada. Pero eso queda para otra ocasión.
Nosotros sigamos con lo nuestro, que estamos llegando a la única fuente que encontraremos en el camino. Se halla a la izquierda, aunque tened paciencia para llenar los bidones, si los lleváis vacíos: el caudal que nos ofrece no da para mucho. Luego continuaremos disfrutando de las vistas hasta coronar el Collado de Boche.
A partir de aquí, la cosa cambia y el terreno se nos muestra más llano, apareciendo ante nosotros el núcleo de Boche. Dejamos a la derecha el cruce hacia Tús antes de atravesar el pueblo, después de unos breves metros de ligera subida. Al salir de esta localidad podremos disfrutar de terreno llano y sombras que, aunque no sean continuas, nos ayudarán a recobrar fuerzas para la parte final. Breve descenso y justo en una curva de vaguada a izquierdas nos sale a la derecha la pista que tendremos que coger para alcanzar nuestro destino. Un cartel de madera nos lo indica sin lugar a dudas: Aula de la Naturaleza. Monte Ardal. Las sombras desaparecen y cogemos dicha pista para comenzar a subir de nuevo de forma suave.
Un pinar queda a nuestra izquierda antes de llegar a un doble cruce: a la izquierda, nos conduciría a la Ermita de San Bartolomé, patrón de Yeste; de frente bajaríamos vertiginosamente hacia el pueblo y hacia la derecha, en herradura, es adonde nos dirigimos nosotros, como nos lo indica otro cartel similar al anterior. Los porcentajes siguen siendo suaves mientras afrontamos una zona bastante rectilínea; no obstante, poco a poco irán aumentando a medida que nos vamos acercando a dos herraduras en una zona muy abierta. Seguimos sin desfallecer hacia nuestro objetivo, mientras enlazamos nuevas herraduras y la dificultad aumenta: rampas duras, ciertamente, las que nos aguardan. A la izquierda aparece una pista sin asfaltar que nos lleva a un área recreativa y al Aula de la Naturaleza, que solo está abierta en julio y agosto. Serpenteamos por sus rampas finales que superan incluso el 15% y, tras superar la última herradura a derecha, vamos a ver los últimos metros que dan acceso al complejo de vuelo. Ya está, lo hemos conseguido. Disfrutemos desde su cima de las impresionantes vistas sobre los dos valles, y ahora… ¿atacamos por retaguardia? ¿nos atrevemos con la vertiente de Yeste?
(Texto cedido por nuestro amigo Gregorio Lara)
Mapa situación:

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