PIRINEOS
TOURMALET
Luz-St. Sauveur
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Altitud: 2115 m Distancia: 18,97 km Desnivel: 1405 m Pendiente Media: 7,41 % Coeficiente: 316
Tourmalet



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Localización: Es la D-918 que une la Gave de Pau o de Gavarnie con los valles de Gripp y de Campan. Aunque para acceder a Luz-St-Sauveur llevaremos varios kilómetros en ascenso, a veces serio, el puerto como tal se inicia en esta bella localidad, célebre por sus baños termales.
Especificaciones: Carretera en buenas condiciones, tanto de asfalto como de señalización. Las sombras, abundantes en la primera mitad, van desapareciendo a medida que ganamos altura. El tráfico es frecuente en cualquier estación del año. Restricciones de paso por la nieve salvo los meses veraniegos.
Fuentes: Al paso por Barèges hay un par de ellas, que pueden pasar desapercibidas por semejarse a una toma de agua de servicios especiales. Hay que utilizar la manivela para extraer el agua, lo que las concede un encanto especial. El Bar de La Gaubie es el último lugar en el que podrán sacarnos de un apuro, si no queremos recurrir a beber de alguno de los innumerables regatos que caen por la montaña.
Descripción: Desde aquel lejano 1910 en el que Octave Lapize holló por vez primera su cima en un Tour de France, todo cicloturista que se precie ha intentado acercarse a aquella hazaña pero, eso sí, sin poner pie a tierra como el pionero galo. Aunque también es verdad que en las condiciones que le hicieron llamar "asesinos" a los organizadores de aquella salvajada por una pista de tierra y barro, ninguno de nosotros nos atreveríamos a intentarlo siquiera en nuestras flamantes bicis de carretera. El Rey de los Pirineos tiene un atractivo especial: no es el más largo, ni el más duro, ni el más alto, ni siquiera el más bello, sólo es... el Tourmalet. Y decir que has conseguido escalarlo te otorga un prestigio entre la gente profana que nunca podrán lograr ni el Mortirolo italiano ni nuestro Angliru. Oscar Sevilla lo define muy bien: "... es un puerto mítico, precioso, en el que conviene no crecerse aunque te encuentres muy bien". Pues teniendo bien presentes estas palabras del ciclista manchego, vamos a ir desmenuzando la descripción de sus más de 18 kms. por esta vertiente de Luz-St-Sauveur. Para cuando se llega a esta bella localidad turística asentada junto a la Gave de Pau, ya llevaremos una sobrecarga en nuestras piernas pues habremos debido superar más de 10 kms en continua ascensión, con kilómetros enteros cercanos al 5%. Ahora bien, el paisaje de las Gargantas de Luz y sus galerías antiavalanchas nos sirven de aperitivo de lo que nos aguarda. En la misma plaza de la población damos inicio al reto de la jornada con un primer kilómetro llevadero que nos sirve de toma de contacto con un esfuerzo mantenido que nos va ocupar cerca más bien de las dos horas que de una sola. Al dejar atrás Esterre la cosa se pone ya seria y la pendiente media no va a descender nunca del 7% hasta la coronación. El trazado rectilíneo y sombreado de este primer tramo sólo se ve alterado por algún cruce y las curvas de herradura que permiten alcanzar en el Km 7 el núcleo invernal de Barèges. A la salida del pueblo vamos a tener que enfrentarnos al tramo más complicado de toda la ascensión con una rampa cercana al 13% que deberemos afrontar con sumo cuidado para no tener que pagar ese sobreesfuerzo más adelante. Continuamos pegados a la ladera derecha del valle, dejando el Macizo de Néouvielle a nuestra derecha y admirando el Midi de Bigorre frente a nosotros allá arriba en lo más alto. Cuando dejamos a la izquierda el cruce que se dirige a la Estación Invernal de Superbarèges, nuestra ruta, siempre rectilínea, se torna más estrecha y aumenta el porcentaje medio de cada kilómetro, ya claramente por encima del 8%. No vamos a encontrarnos con rampas que merezcan tal nombre: quizás así podamos engañarnos a nosotros mismos sin darnos cuenta de que lo que estamos sintiendo en las piernas es la tremenda dureza de una rampa continua que nos machaca paulatinamente. El paso junto al Jardín Botánico y su bar-restaurante La Gaubie, último punto para refrigerarnos, nos va a distraer de nuestros pensamientos, cada vez más concentrados en el punto final que se adivina allí arriba, en la pared. Durante dos kilómetros habremos trazado un enorme vaguada hacia la izquierda en el que el bar citado marca el punto de inflexión, en un tramo en que el asfalto se estropea algo pero sin llegar a servirnos de disculpa en ningún momento. Ahora sí, ya conseguimos ver con claridad la enorme Z que nos va a hacer las veces de escalera de acceso a la Gloria. Con atención a las piedras sueltas que de vez en cuando nos toparemos en el camino iremos avanzando, lentos pero no seguros de que lo vayamos a lograr, hasta trazar la primera herradura a la derecha de esa enorme zeta. El siguiente tramo rectilíneo de la letra va a tenernos ocupados, y casi seguro que preocupados, durante casi 1,5 kms, antes de alcanzar la curva definitiva al Olimpo del ciclismo, esa célebre herradura izquierda, también en fuerte rampa, que da paso al tramo final a un 9% constante. Pero ya nada va a impedir que cosechemos uno de los mayores triunfos que nuestra afición ciclista nos puede deparar: hemos conquistado el Cielo y desde aquí podemos contemplar un panorama impresionante. Y para atestiguar que la hazaña está finalizada con bien, nos aseamos, nos recuperamos y ... la foto típica bajo el Monumento al Tour de France que Jean Bernard Métais te ha dedicado a ti en especial: el célebre escultor ya sabía que algún día te harías acreedor a él.
Mapa situación:

 
 Vídeo:
 
 
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