PIRINEOS
PAILHÈRES
Usson-les-Bains
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Altitud: 2001 m Distancia: 15,4 km Desnivel: 1216 m Pendiente Media: 7,9 % Coeficiente: 300
Pailhères



Localización: Desde el valle del Aude, a poco de pasar Usson-les-Bains, tomamos la D-16 en dirección a Ax-les-Thermes, que pasa a denominarse D-25 al enlazar en Mijanès con la que viene de Artigues.
Especificaciones: Carretera con buen firme y, salvo un corto tramo, sin señalización horizontal más que en los bordes. Las sombras aparecen ocasionalmente y es de destacar el paso bajo el tupido manto de sombra de un bosque de hayas en la parte central de la ascensión. La parte alta carece de arbolado. El tráfico no es un obstáculo.
Fuentes: Una, nada más comenzar la ascensión a mano derecha. Y otras dos al paso por los núcleos de Rouze y Mijanès.
Descripción: Pailhéres o la esencia de los puertos de montaña. ¿Qué queremos expresar con estas palabras? Algo muy sencillo de entender para todo buen "loco de las cumbres" que se precie. Este col pirenaico reúne todos los encantos que perseguimos en nuestras andanzas cicloturistas por esas carreteras del amplio mundo. Belleza, dureza e historia: que cada uno ponga el acento donde mejor le parezca.
Abandonamos por la derecha las riberas del Aude a poco de pasar junto al pequeño embalse de Usson-les-Bains y en el mismo cruce de inicio del puerto ya tenemos el típico cartel que nos hace un resumen general de lo que nos aguarda y nos va indicando la pendiente media de cada kilómetro. Que cada uno opte por lo más conveniente para su moral: leerlo o...pasar del cartelito de marras.
Poco después llegaremos a un cruce que señala Rouze, recomendado a camiones, a la derecha. Lógicamente nosotros somos mucho más poderosos que los vehículos pesados y optaremos por seguir de frente, como hacen los "pros" en el Tour. De todas maneras, si alguien tiene dificultades para encontrar su ritmo, casi mejor que se decida por la ruta indicada, para evitar casi dos kilómetros de tremenda dureza, quizás los más exigentes de toda la ascensión. Todo vale...menos rendirse sin intentarlo: la cosa es coronar el collado.
El castillo de Usson, que apenas vislumbramos entre la vegetación, domina nuestro paso desde su emplazamiento rocoso. Su visita nocturna bien merece nuestro regreso, pero sin nuestra cabalgadura metálica, claro está.
Al paso por Rouze se suaviza durante un breve instante la pendiente media para, a continuación, situarse muy cercana al 8% durante otros tres kilómetros. Al dejar a nuestra izquierda la pista hacia la Piscifactoría de Linas, comenzamos un nuevo tramo de tres mil metros en el que alguna rampa tiene los fatídicos dos dígitos en su porcentaje. Hemos ido superando varias curvas de herradura y un pequeño y rectilíneo "plateau" en el que la dureza apenas decae. Al salir de él damos vista a lo que parece ser el punto culminante de nuestra ascensión, aunque el verdadero queda un poco más a la derecha y aún no acertamos a descubrirlo.
Queda a nuestra izquierda la Estación de esquí de Mijanés, final de alguna prueba ciclista de la zona, pero nosotros continuamos avanzando para introducirnos enseguida en un nuevo plateau de praderas idílicas en las que los rebaños de vacas y caballos pastan juntos. Todo un deleite para los amantes de la Naturaleza, con la ventaja añadida de que la dureza disminuye al paso por ese bello lugar.
Y llega el espectáculo definitivo, el que constituye por sí mismo la esencia de este maravilloso col. Iremos encadenando hasta 19 curvas de herradura a medida que el paisaje se va apoderando de nuestros sentidos cada vez más absortos en la admiración de lo que nos rodea, casi olvidados del sufrimiento que parecen reflejar nuestras doloridas piernas. Pero debemos ser conscientes de que lo nuestro es el cicloturismo y no tenemos que ganar a nadie. Sólo pedalear y disfrutar. Las fotos que acompañan al artículo no hacen justicia a la impresión de grandiosidad que se enseñorea del paisaje. Pongamos toda nuestra atención en el panorama espléndido que se nos brinda y, así, sin darnos cuenta, habremos coronado con éxito y embriagados de placer —sí, no exageramos— un puerto que quedará para siempre en nuestro recuerdo.


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Mapa situación:

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