DIARIO DE NUESTRA VISITA A TENERIFE EN 2001

Juanto Uribarri

Aquí están recogidas las crónicas que fue enviando Juanto a la Ciclolista, contando nuestras andanza tinerfeñas.


miércoles, 07 de marzo de 2001 20:25

Hola, coleguis:

Sólo unas líneas para haceros partícipes de la experiencia genial que ha supuesto para Ander Guaza y para mí mismo (ya sabéis, los "locos de las cumbres") el haber podido pasar una semana en la isla canaria.
Como no podía ser menos hemos subido el Teide por todas sus vertientes y, ya puestos, también hemos conocido y sufrido otros: Erjos (por El Tanque), Masca, Teno Alto, El Bailadero-Pico del Inglés, Taganana, La Esperanza (desde Tabaiba, Tacoronte y Santa Cruz). Creo que me dejo alguno ...
Queremos agradecer a los amigos cicloturistas de Canarias que nos han hecho ir con conocimiento de causa gracias a su página web.
A mí hasta se me ha olvidado que estábamos en plenos Carnavales y ni los he visto. Ander, que es un poco más golfo (o menos loco) sí acudió y, claro, al día siguiente no pudo subir al Teide por Vilaflor y me dejó solo.
Como no podía ser menos hemos aprovechado para realizar las Altimetrías de todos ellos que en unos días empezarán a estar a disposición de todos en nuestra página de Internet. Ya os podemos adelantar que varios de ellos tienen coeficientes de dificultad por encima de 400 (para poderse colocar, sin duda, entre los 10 más duros de España).
Bueno, pues eso. Informados quedáis y si alguien quiere saber algo más de nuestra aventura o nuestros recorridos no tiene más que decirlo.

viernes, 09 de marzo de 2001 21:43

Aquí estoy de nuevo, aunque un poco impresionado por las rápidas respuestas de algunos de vosotros manifestando vuestro interés por "susedidos" (que decimos en Bilbao) de nuestras andanzas por Tenerife y por las altimetrías de las que allí recogimos los datos. Gracias, pues, a Faco, Luis Angel, Claudio y Rafa.
No sé si esto puede interesar a mucha gente, pero creo que a los aficionados a las escaladas cualquier dato que nos proporcionen se nos hace imprescindible. Por ello, y a fuer de parecer pesado, paso a haceros un breve diario de lo que ha sido nuestra aventura canaria para iros abriendo el interés por las altimetrías que están al caer. Lo iré haciendo jornada a jornada con algunos datos que Ander y este menda creemos interesantes para preparar recorridos por la isla. A ello voy.

Día 1º.- Llegamos a Tenerife a las 3, hora canaria, y con el primer contratiempo: de los 5 amigos ciclistas que aterrizamos uno llegó con la patilla del cambio trasero rota. Sin bici. Gracias a que mi hermano, que nos ha alojado en su casa toda la semana (así todo es más barato, je, je), tenía una bici, antigua, pero que le ha servido para no quedarse a dos velas.
Esto para deciros que de momento la compañía de aviones, FUTURA, se ha comprometido a abonarle el gasto del arreglo pertinente. Ya veremos.
También queremos hacer constar que a cualquier hora nos daban de comer en los diversos puntos de la isla (incluso a las 5 h. de la tarde) y a unos precios razonables, de menú del día, eso sí.
Bueno, a lo importante. Esa primera tarde y para hacer boca mi hermano nos había preparado el primer recorrido "interesante": subida a La Esperanza, donde vive, desde Tabaiba; esto es de 0 a 900m en 15 kms. Primera rampa, la de salida, al 20%: ¡vaya entrada!. Luego 3 ó 4 kilómetros duros (incluso por encima del 10%) para luego llanear hasta Barranco Grande. Desde allí y por El Sobradillo y el Llano del Moro una carretera demasiado recta para cosa buena, porque sufríamos de antemano las rampas que veíamos ante nuestros ojos, y llena de casas (toda la isla, hasta esos 900 m está muy poblada), desde allí, digo, fuimos superando varias rampas del 15 y 16% hasta coronar en La Esperanza, ya en la carretera del Teide que, lógicamente, dejamos para otro día.
Para rematar la faena, el "cabrito" de mi hermano, para acreditar nuestra "bien merecida" fama,  nos buscó la rampa más dura de su pueblo, al 24%, donde Ander tuvo que hacer juegos malabares para evitar a un conductor de los de siempre que pretendía que le dejara pasar parándose a la derecha. Bronca al canto, lo típico.
Bueno, pues ahí queda la primera: LA ESPERANZA desde Tabaiba, con un coeficiente aproximado (a la espera de confirmación) de 180. No está mal, ¿verdad? Y todavía nos quedaba una semana entera por delante.

Continuará...

sábado, 10 de marzo de 2001 23:15

Aquí estoy de nuevo para seguir contando aventuras. Hoy saludos a José Miguel de Tenerife. Pronto te enviaré lo que pides.

Día 2º.- Aprovechando una furgoneta de mi hermano nos llevó a Icod de los Vinos (no vimos su famoso Drago) para iniciar nuestra segunda jornada. De allí a Garachico, precioso pueblo costero, todo fue coser y cantar en cuesta abajo. En ese lugar iniciamos la subida a El Tanque, cuesta de la que nos habían hablado como muy dura y que no lo fue en absoluto. Es de esas que tienen tantas curvas de herradura (para remontar la vertiente rocosa) que asustan a los conductores de coche pero que en la bici se hacen más llevaderas de lo que aparentan. Lo comprobaréis en las altimetrías.
Lo bueno viene luego, por cuanto hay que seguir subiendo el puerto de Erjos, lo que en total suponen algo más de 20 kms. y eso ya son palabras mayores.
Las vistas de la primera parte (El Tanque) sobre Garachico y el océano (más que el mar) son magníficas pero también las de la segunda, ya de montaña, con poca sombra, eso sí.
Al coronar sale a nuestra derecha una pista, en su inicio asfaltado, que conduce, parece ser, a unas antenas. Nos gustaría que alguien nos indicara si es así para programarla para otro año.
Seguimos. Tras el descenso al pueblo de Santiago de Teide y su valle, remontamos una durísima cuesta que no llegará a los 3 kms (está por comprobar) que presenta a nuestros ojos en su cima uno de los espectáculos más impresionantes que sin duda guarda la isla: el mirador de Masca. ¡Qué riscos!¡Qué precipicios!.El descenso por la otra vertiente es espeluznante: 4 kms con una media superior al 10,5% y una enorme cantidad de curvas de herradura en una carretera tan estrecha que la furgoneta de apoyo necesitaba maniobrar para descender. Otro año tocará subir.
A continuación se enlazan otras dos subidas, también muy duras, de unos 2 kms cada una. En el descenso final hacia Buenavista nos detuvimos a comer, a las tantas, en El Palmar (muy bien y barato). Y por la tarde dos valientes (el resto prefirieron reservarse para los Carnavales) nos subimos, siguiendo las instrucciones de la página web canaria, a Teno Alto, otro lugar paradisíaco y perdido de la mano de Dios, que también tiene lo suyo en porcentajes.
Ya, para volver, sólo me quedaban ganas a mí, y remonté la vertiente opuesta para descender definitivamente a Buenavista, donde me recuperaron los de la furgoneta, es decir, todos los demás.
A la noche, dos preferimos descansar y mentalizarnos para la siguiente etapa prevista, el Teide, y dejamos al resto que nos contara el carnaval tinerfeño.

Continuará...

domingo, 11 de marzo de 2001 18:58

Para empezar mi tercera entrega de las jornadas tinerfeñas responder a José Miguel que los datos sobre su isla en bicicleta los encontré en la página que sobre Bicicanarias aparece en Los Amigos del Ciclismo. De nada.

Día 3º.- Como era de esperar, solamente los dos que no trasnochamos en Carnavales (¡qué raros somos!) nos atrevimos a madrugar al día siguiente y dirirgirnos a El Médano para, desde allí, iniciar nuestro primer intento con el Teide.
Día de mucho calor que en los primeros kilómetros, hasta Granadilla de Abona, se hicieron interminables con sus larguísimas rectas y bastante tráfico. Fue en ese tramo donde mi compañero me pidió que continuara solo porque el no se veía con fuerzas para llegar al final; conviene decir en su descargo que no iba con su bici porque, como os dije, se la habían "machacado " en el avión.
De ese pueblo en adelante vino lo más desagradable porque el suelo se estropea de manera ostentosa hasta llegar a Vilaflor, 12 kms adelante. Los que no conocíamos el resto podíamos pensar que eso iba a continuar así hasta coronar y hasta dudamos de proseguir con nuestra toma de datos para la futura altimetría. Menos mal que en ese momento de duda surgió primero uno, luego otro y otro, así hasta 6, un equipo alemán u holandés de aficionados que me adelantaron (sin asustarme por el ritmo). Ahí decidí que si ellos podían subir por una carretera tan penosa, ¿por qué no vosotros, los amantes de estas locuras? Y continúe tomando datos, esta vez ya protegido del sol por los pinos.
Y al llegar a Vilaflor comprobé cómo todos ellos se paraban en un bar en Vilaflor, cuando a mí me quedaban aún más de 20 kms de ascensión. Y precisamente ahí empezaba el tramo más difícil de la ascensión con largas rampas que no bajaban del 9%, aunque también, eso sí, bajo una agradable sombra y suelo en perfectas condiciones.
Al coronar en El Retamar, más de una hora más tarde, no apetecía tirarse cuesta abajo pensando en que luego, a la vuelta, debería subir lo que ahora me resultaba tan sencillo. Pero al llegar a la Boca del Tauce el paisaje lunar que se presentó ante mis ojos no dejaba lugar a dudas: estaba acercándome al coloso que ya se imponía majestuoso sobre mi pobre pedaleo cansino. Ya lo tenía a mi alcance, pero tuve que echar mano de mi cabezonería para ir superando una a una las diversas rampas y sus correspondientes descensos que me acercaban a su base.
Era el paisaje a mi derecha y a mi izquierda el que me permitía distraer mis algo menguadas fuerzas. Y así iba admirando Los Azulejos, los Roques de García y el Parador Nacional, éste por si necesitaba avituallarme a la vuelta.
Cuando me situé al pie del Teleférico pensé que ya se había acabado todo: no era así, me quedaba aún la puntilla de 500 m eternos al 9% con un máximo del 12% en algún momento. Pero ya lo veía en mis manos y no era cuestión de rendirse ahora. Al coronar sólo una preocupación: tomarme una "clara" de cerveza de tamaño barril. Ahí volví a ser yo mismo y, tras las fotos de rigor que me sacó la única española que pude descubrir en el lugar, me atreví a emprender el interminable "ascenso-descenso". Había tardado 4 h. en coronar y aún me faltaban dos más de bajada y, lo que era peor, el tramo destrozado entre Vilaflor y Granadilla donde, por lo menos, no pinché.
Me esperaban mis compañeros en el Restaurante Chino de El Médano y me contaron cómo se habían encontrado con Mikel Zarrabeitia entrenando en las Cañadas del Teide, por encima de los 2000 m de altitud. Ellos se habían cruzado con él (y conmigo, claro) en furgoneta; no vayáis a pensar que habían subido en bici por otra vertiente.

Continuará...

lunes, 12 de marzo de 2001 1:11

Continuamos, pues, con nuestras aventuras que quizás no interesen a nadie pero a nosotros nos sirven de Diario de unas jornadas inolvidables.

Día 4º.- Para este día estábamos, ahora sí, todos dispuestos. Los "carnavaleros" habían descansado lo suficiente y los valientes de la jornada anterior queríamos aún más guerra.
No hicimos la locura de bajar a Santa Cruz para iniciar desde el mar nuestra escalada; preferimos dejar ese trámite para otro día y evitarnos así la circulación de un día de labor.
Desde el mismo pueblo de La Esperanza, a 900 m de altitud, y superado un pequeño tramo de obras de acondicionamiento de la carretera, la ruta nos introduce en un magnífico bosque de pino canario que nos va a acompañar durante gran parte de la ascensión, hasta lograr alcanzar sus primeras cumbres.
Enseguida nos vamos separando para poder subir cada uno a su ritmo y yo opto por acompañar al teóricamente más fuerte que ha demostrado, a su vez, ser el más novato, por haber iniciado la jornada sin botellín de agua y sin cámara de repuesto. En plan Buen Samaritano le acompaño hasta el Puerto de Izaña, teniendo él que esperarme por cuanto me voy atrasando, aunque parezca mentira, en las escasas y cortas cuestas abajo, en las que por tomar con la máxima corrección los datos altimétricos, mi velocidad se asemeja casi a la de subida.
No es ésta especialmente dura pero sí interminable, permitiéndonos en las zonas de menos arbolado contemplar, primero, el valle de La Laguna y, posteriormente, el de La Orotava. Al alcanzar la crestería, bajo el dominio absoluto, al fondo, del Teide, podemos dirigir nuestra visión a ambas costas tinerfeñas, la del N. y la del S. alternativamente. Podemos hacerlo, aunque no es así, desde los numerosos miradores que jalonan nuestro recorrido.
Alguna foto de la ruta, de unos magníficos estratos de diversos colores en el corte que en la carretera producen dos curvas de herradura sucesivas, de alguna perspectiva general, etc. nos permiten ir descansando hasta llegar al Puerto de Izaña en el que se encuentra el célebre Observatorio Astronómico. En el descenso hacia El Portillo nos cruzamos con Mikel Zarrabeitia que sigue con sus entrenamientos. Me cuenta que está solo en la isla para aprovechar unos 10 días y aumentar el hematocrito (esto es lo que suponemos): ahí está su excelente papel en la Vuelta a Murcia. El, a su vez, me pregunta por esos aparatos tan raros que llevo sobre el manillar de mi bicicleta, y eso que no ve los que llevo en mis bolsillos (algún día os contaré, si alguien tiene interés).
Desde El Portillo mi compañero, sin agua, prefiere adelantarse y yo, disfrutando del paisaje lunar del Parque, voy superando una a una las diferentes cuestas que aún nos quedan y sus maravillosos parajes de la Montaña Mostaza, la Montaña Rajada, las Minas de San José y el Tabonal Negro, hasta llegar al pie del Teleférico, como ayer hice en solitario, y superar, ahora con conocimiento de causa, los últimos y fatídicos 500 m que dan por finalizada mi segunda ascensión.
Los compañeros van llegando sin demasiadas diferencias y, en el descenso, aprovechamos para seguir sacando más fotos. El cansancio se va haciendo notar pero el coco es mucho más fuerte.

Continuará...

13 de marzo de 2001 22:43

Cada vez tengo más la impresión de que estas andanzas tinerfeñas no interesan más que a los que las hemos vivido. Pero yo sigo.

Día 5º.- Tras dos jornadas seguidas en el Teide era hora de conocer otra de las zonas recomendadas de la isla y así nos dirigimos hacia Santa Cruz (en cuesta abajo) para llanear en paralelo al mar hasta el pueblo de San Andrés, desde donde se divisa la Playa de las Teresitas.
En ese punto se inicia el ascenso a otro de los puertos típicos de Tenerife, el del Bailadero, muy sinuoso y sin especial dificultad, que nos va a permitir disfrutar desde sus múltiples curvas de herradura de un serpenteante recorrido remontando el Barranco de las Huertas, nombre apropiado a las que vamos contemplando según subimos. Pasado el kilómetro 9 tomamos el cruce que a nuestra derecha y por un largo y oscuro (no hay iluminación) túnel nos va a llevar a contemplar un magnífico y excitante panorama sobre la costa del N. de la isla, en la llamada Punta de Anaga.
Según descendemos hacia Taganana vamos tomando conciencia de lo que nos espera a la vuelta, ya que esta ruta no tiene más salida que la vuelta atrás. Alcanzado ese pueblo continuamos hasta el final de la carretera por un recorrido que va bordeando playas y acantilados maravillosos hasta el pueblo de Benijo. Ante la visión de una rampa del 17% mis compañeros prefieren esperarme sentados en un chiringuito tomándose unas cañas para acompañar al suculento bocata.
Cuando vuelvo a contarles lo que se han perdido quieren convencerme de que es más saludable continuar allí y que nos saquen en coche: no me convencen, pero ellos sí que lo están (convencidos, digo) y consiguen meterse en un Opel Omega, sin baca, cuatro personas y tres bicicletas (ni me lo imagino).
Ya en solitario escalo una tremenda rampa para en el pueblo de Almáciga pedir fuerzas a mi paisana Amatxo de Begoña, que allí tiene una pequeña ermita. Con esta ayuda extraordinaria afronto los 6 kilómetros terroríficos de la escalada de Taganana, los cuatro finales por encima del 10% en su totalidad. El fortísimo viento me hace pensar en el "cobarde" pie a tierra porque dificulta enormemente mi labor de toma de datos para la altimetría que pronto veréis publicada. No lo consigue: soy un cabezón.
En el alto mis compañeros me esperan ya en la bici (así cualquiera) y continuamos recorrido, siempre hacia arriba porque la ascensión culmina en el llamado Pico del Inglés. Desde esas alturas se divisan unas vistas impresionantes sobre ambas costas de la isla y voy apuntando mentalmente, para acceder a ellas, nuevas posibilidades de puertos para futuras ocasiones.
Ante tanta toma de datos mis colegas me dan por perdido y me dejan solo. Así puedo parar a admirar el paisaje, visitar el Mirador del Pico del Inglés (¿quién sería ese inglés?) y descender finalmente hacia La Laguna.
Todavía me queda, y son más de las 4 de la tarde, los 6 kilómetros de ascenso a La Esperanza que se me hacen muy pesados por la circulación, la carretera tan recta y, sobre todo, por dos eternos kilómetros que no bajan del 9%.
Pero llego a tiempo para la ducha y la reparadora comida; ya habrá tiempo de descansar a la tarde, tras una buena siesta.

Continuará...

miércoles, 14 de marzo de 2001 21:56

¡Hombre!, pues parece que tras la queja ha habido respuesta, y es que el que no llora no mama. Gracias a Pablo, Mikel, Iñigo y Juanjo por su apoyo. Pues ale, manos a la obra.

Día 6º.- Toca, de nuevo, el Teide. Pero no está el tiempo para "juergas", pues hace un viento demasiado fuerte para intentarlo. Y es entonces cuando se produce la primera separación oficial del quinteto (hasta este momento al único que dejaban solo era a este menda): Ander y Santi suben en coche a las Cañadas y se trazan una ida y vuelta por esas alturas, unos 40 kms.
Los demás, Iñigo, Carlos y yo, nos vamos a la playa (es broma). Nos dirigimos a la zona turística de Punta Hidalgo para lo que debemos, en primer lugar, descender a La Laguna. Y es ahí donde vamos a notar el efecto del viento: espero que mi mujer nunca lea esto.
En esas largas rectas me llego a poner a ¡97 km/h!, mi record absoluto de velocidad máxima. Es la única vez que puedo agradecer a Eolo la labor desarrollada. No vayáis a pensar que soy de esos flipaos que bajan puertos jugándose el tipo y el de los demás; soy más bien normalito en esos menesteres, pero la ocasión la pintan calva y con esas rectas.....
Atravesando siempre en sentido descendente los pueblos de Tegueste y Tejina alcanzamos la costa en Bajamar, para llegar hasta Punta Hidalgo: aquí sí que la circulación es agobiante de verdad. Calles muy estrechas, semáforos, atascos, ... y así desde Tejina hasta Bajamar, fundamentalmente.
Nada nuevo, aunque como cualquier paraje turístico pueda resultar atractivo para el que vaya buscando ese ambiente. Nosotros, en cambio, la única foto que nos sacamos es delante del monumento de homenaje a Los Sabandeños, referente musical de las Canarias.
Hasta ahí, todo muy bien, si salvamos el tráfico. Pero hay que volver y, por lo tanto, remontar todo lo que previamente hemos bajado. Y lo hacemos por Valle de Guerra y Tacoronte, en continua subida, para tomar en este último lugar la carretera que nos lleva a La Esperanza, por la única vertiente que no conocemos. No hago la altimetría por no saber dónde se inicia la ascensión, ya que prácticamente estamos subiendo desde Punta Hidalgo.
De las tres ascensiones a La Esperanza es ésta, sin duda, la más agradable, tranquila e incluso sombreada. Pero, claro, con algún rampón cercano al 20% en tramos muy cortos: el resto muy llevadero.
No llegan a 58 kms, pero ya son bastantes, porque el viento no ha parado en toda la jornada.Y hay que guardar fuerzas para el último envite, el de mañana.

Continuará...

viernes, 16 de marzo de 2001 18:57

Lo primero pedir disculpas porque aunque me había propuesto escribir un capítulo de la interminable saga por día , ayer no pudo ser: cuestiones de trabajo, ya sabéis. Hoy gracias también a Enrique por su simpático comentario. Sigo.

Día 7º.- Ya ha llegado el último día para la práctica ciclista en Tenerife y nos quedan dos vertientes del Teide por escalar y tomar sus datos para las altimetrías. Imposible en una sola jornada, por lo menos para mí, si quiero hacerlas en bicicleta. Y es que el viento tan fuerte de ayer nos fastidió los planes previstos. Pero para todo hay solución.
Mis colegas ya no están por la labor -cuestión de cabeza, porque fuerzas han demostrado multitud de ocasiones que les sobran-. Así que me llevan en furgoneta a Puerto de La Cruz, a punto de iniciar el desfile de carnaval (se pasan toda la semana de juerga, estos canarios). Me tiran en una esquina, junto al mar y agur, Ben-Hur.
Inicio la escalada atravesando un largo túnel en cuesta, por supuesto, y con vistas al océano por mi izquierda. Es la carretera que se dirige a La Orotava, por El Botánico. Hablando de este lugar quiero comentaros que en mi vida había visto un valle como éste de La Orotava: en cuesta por encima del 5% y enorme de extensión, quizás más de 15 kms: si esto son valles que venga Dios y lo vea, que creo que se equivocó con los planos ( es posible que en aquellos tiempos de la Creación no se conocieran las altimetrías).
Atravesar el centro urbano de La Orotava me ha supuesto superar primero una larga rampa del 15% (oí comentar a un paisano: "¡tiene mollejas!", no sé si refiriéndose a mí o a lo que me quedaba para el Teide) y posteriormente soportar el tráfico y los semáforos de la población. Cuando, por fin, consigo alejarme de la ciudad (también en cuesta) la circulación sigue siendo abundante aunque disminuyendo según la ruta asciende. Se pasan varios pueblos hasta la fuente reparadora (más que fresca) en Aguamansa.
Con la altura, y como es natural, las vistas van ampliándose sobre el Valle, trazando en mi recorrido diversas curvas de herradura que me cambian la perspectiva.
Como todas las rutas al Teide, al alcanzar la Corona Forestal la sombra me va protegiendo a tramos del sol que, aunque es marzo, pega de lo lindo. Diversos miradores permiten un "descanso panorámico" pero no quiero entretenerme que aún falta la otra vertiente. Sólo paro a admirar y fotografiar el llamado Pozo de la Rosa, por la forma que adquiere la piedra al resquebrajarse: ¡una maravilla!.
Al poco me adelantan dos amigos residentes ("godos" les llaman aquí) en sendas motos de gran cilindrada y no me dan envidia, oye ... Suave, suave (¡qué remedio!) llego al Portillo que da entrada a Las Cañadas donde me esperan todos (moteros y furgoneteros) para tomar una cerveza y hacerme el paso de Las Cañadas en el furgón, a lo que accedo gustoso por la hora que es.
Tras pasar junto al Teleférico y llegar al Llano de Ucanca, me dejan en la Boca de Tauce para que, ahora cuesta abajo, pueda terminar las altimetrías de las 4 rutas principales al Teide.
Esta última, que termina en el espléndido Acantilado de Los Gigantes, es bastante anodina en su parte alta, aunque permite una visión novedosa de la cima del Teide. Su trazado es, casi en su totalidad, rectilíneo, lo que me hace pensar que su escalada debe hacerse muy pesada, si bien no es especialmente dura. Para la correcta toma de datos me obligo a detener la bici en cada una de ellas con lo que el descenso se hace aún más lento.
Cuando llevo unos 15 kms de descenso y ya son las 5 de la tarde, mis colegas me están esperando en un restaurante, donde nos dan de comer sin ningún problema y a buen precio. Mientras ellos se quedan en las copas, yo a lo mío, que para eso he venido. Continúo, pues, descendiendo, por una ruta ahora mucho más sinuosa hasta dar vista a la costa de Los Gigantes. El precipicio se acentúa y con él la belleza del entorno. Al llegar a Tamaimo debo tomar a la izquierda y, en una sucesión de 3 ó 4 herraduras por kilómetro, con el suelo en magníficas condiciones, alcanzo el muelle de Los Gigantes con pena por haber llegado al final de mi/nuestrasemana ciclista en Tenerife.
Ya sólo nos queda volver a La Esperanza, hacer las maletas, proteger con cuidado las bicis para que no salgan de nuevo dañadas en el avión, cenar y al catre, que hay que levantarse a las 4 h. de la madrugada. Y es que mañana a las 11 estaremos en Bilbao y nuestro sueño vacacional se habrá terminado. Y el lunes al currelo, pero ...que nos quiten lo bailao.
Mañana acabaré esta serie de entregas ciclistas tinerfeñas con un último capítulo de recapitulación. Si sois capaces de aguantarlo....

Continuará...

domingo, 18 de marzo de 2001 19:21

Bueno, por fin. Creía que no iba a acabar nunca (como lo estaríais pensando muchos de vosotros). Sólo quiero ya hacer un poco de recapitulación o resumen de los 7 días y aportar algún dato nuevo que alguno me ha solicitado.

TOTAL KILÓMETROS: 518
PUERTOS ESCALADOS: 19
MÁS DURO: Teide, desde Santa Cruz (aunque no sea más que por las horas que te tiras para conseguirlo)
MAYORES PENDIENTES: Taganana (Masca tiene aún más, pero lo hicimos en descenso)
MÁS ESPECTACULAR: Masca y Taganana.
PENDIENTE MÁXIMA: 24% en la Cuesta del Palo en La Esperanza.
ÚNICO TRAMO LLANO: De Santa Cruz a San Andrés, algo más de 10 kms.
PUERTO CON MAYOR TRÁFICO: Cualquiera de las subidas al Teide y especialmente la de Santa Cruz. Sobre todo hasta que se alcanza la Corona Forestal.
PUERTOS PENDIENTES PARA OTRA OCASIÓN: Teide por Los Loros (Güimar y Arafo), Teide por San Miguel (enlace en Vilaflor),Masca en sentido contrario, Barrancos al Norte de la Punta de Anaga y algún otro que seguro se me escapa.
DESACONSEJABLE: Iniciar las ascensiones al Teide desde el nivel del mar, por el tráfico (sólo es comprensibre si se van haciendo altimetrías o por aquello del capricho)
OFERTA GRATUITA: Las altimetrías de todos los puertos ascendidos irán apareciendo en nuestra página web: www. altimetrias.com   Si alguien está interesado en los perfiles de los recorridos también se los podríamos enviar (los hemos obtenido, sin grandes arreglos, de la Carta Digital).
RESPUESTA A UNA DUDA PLANTEADA:¿ES LO MÁS DURO QUE HEMOS HECHO?: No. Quizás lo fue, aunque en menos días, un fin de semana en Asturias en el 1999 (Viernes a la tarde, El Fito; Sábado a la mañana, Los Lagos; Sábado a la tarde, La Cobertoria hasta El Gamoniteiro; Domingo a la mañana, El Angliru), pero eso es otro siglo y otra historia ...


Saludos finales y ya podéis perdonar la plastada de la última semana. Agur.



851