Punto de inicio. A la izquierda quedan los campos de fútbol.

Desde el principio la pendiente es muy regular.

Como se ve, carretera perfecta y sin tráfico.

Una pena que la niebla no nos permitiese un mayor campo de visión.

Todo sigue en la misma línea.

Una zona algo más boscosa.

Volvemos a terreno abierto y la niebla se comienza a disipar.

Prados y pinar. Es la tónica de la ascensión.

La pendiente no da ni un respiro.

La última parte es muy sombreada.

Llegamos a Oñatz. Al fodo, la ermita de San Juan.

Una foto hacia atrás tomada al inicio del descenso.

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