MÁLAGA PEÑAS BLANCAS – LOS REALES
Arroyo de Monterroso (Estepona)
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Altitud: 1440 m Distancia: 21,88 km Desnivel: 1425 m Pendiente Media: 6,5 % Coeficiente: 325
 

Altigrafía y comentarios enviados por:
Miguel Baeza y Martín Cerván

 

Localización: Presentamos aquí una nueva variante de ascenso desde Estepona que parte de la rotonda que da salida hacia el denominado Valle Romano, aunque nosotros subimos en dirección al polideportivo para girar a la izquierda por una carretera estrechita que remonta el arroyo de Monterroso. Tras 5 km. enlazamos con la variante tradicional (MA-8301) hasta el puerto de Peñas Blancas y, desde allí giramos a la izquierda hasta la cima.



Mapa de Google.

Especificaciones: Hasta el puerto de Peñas Blancas la carretera está en perfecto estado, incluidos los kilómetros iniciales de la nueva variante y perfectamente señalizada. Oscila entre los 4,5 m. de ancho de este tramo y los 6,5 m. de la carretera tradicional. A partir de Peñas Blancas se estrecha y empeora notablemente, sobre todo en algunas curvas. Desde que salimos de Estepona el tráfico no es muy voluminoso y resulta prácticamente inexistente en la parte final.
Las sombras aparecen y desaparecen a lo largo de todo el puerto.

Fuentes: Hemos observado tres en servicio y una seca. Las dos primeras, difíciles de localizar, se encuentran en el interior de sendas curvas de vaguada a derechas y es preciso descender una docena de metros hasta llegar a las mismas. La última en funcionamiento se halla frente al refugio a 1278 m. de altitud.

Comentario: Entre los Reales de Sierra Bermeja, cuyo nombre no puede resultar más a propósito por el marcado color rojizo de sus laderas, falda abajo hasta mediar con el Porrejón, se encuentra la entrada natural más baja hacia el Valle del Genal: el puerto de Peñas Blancas.
Desde Estepona comenzamos en suave ascenso en dirección al polideportivo para, al punto, girar a la izquierda por una carretera estrechita que remonta un arroyo. Es precisamente este tramo el más facilón y feote, ya que durante un par de kilómetros rodaremos por un falso llano junto a la ribera, no muy limpia, del mencionado arroyo.
Dejando atrás las últimas casas del pueblo, a medida en que el cauce se va encajonando y la pendiente comienza a darnos algún sustillo a modo de rampas de doble dígito, el entorno se vuelve más agreste y notamos que nos estamos adentrando, ahora sí, en un espacio natural con la belleza que se le presupone.
Tras varios y duros repechos, como decíamos, el verdadero puerto no va a comenzar hasta mediado el cuarto km., tras una vaguada a derechas, momento en que la carretera nos va a plantar cara con dos kilómetros que serán, sin lugar a dudas, los más difíciles de todo el ascenso. Mientras que la vertiente tradicional se remonta a base de fuertes rampas y descansillos, aquí nos vamos a topar con 1,5 km. al 13% de continuo y con máximas que alcanzan e incluso superan el 20%.
La abundante vegetación y las lomas a uno y otro lado no nos dejan ver más que la gran montaña roja que se levanta frente a nosotros. Entre pedaladas y chepazos apenas sí podemos escudriñar por dónde logrará salir la carretera de este agujero en que nos hemos visto atrapados de repente: por fin, tras una última herradura encontraremos la salida de este calvario. Un breve descansillo y enlazamos, por fin, con la vertiente tradicional en un punto ascendente y de moderada pendiente. La carretera se ha ensanchado a la par que se abre la panorámica hacia el Mediterráneo: en días claros resulta fácil atisbar el estrecho de Gibraltar.
Llegamos a un descansillo antes de afrontar los 15 km. finales al 7% de media. Tras una amplia vaguada a izquierdas, retomamos el ascenso con una herradura a derechas perfectamente enlazada y nos topamos de bruces con un tremendo rampón que parece no tener fin: tendremos que superar casi un kilómetro en que las rampas no bajan del 10%.
Con el curveo vuelve la calma y el puerto se mantiene en rampas constantes hasta la cima, con zonas de quieto descanso y con rampas potentes, como tras una de las varias herraduras a izquierdas que se divisan colgadas en la colorada ladera de la montaña. Serán ocho kilómetros muy largos si las piernas no responden, aunque a medida en que vayamos devorando metros y ganando altitud se irá apoderando de nosotros la sensación de rodar por uno de los puertos más bonitos del Mediterráneo andaluz. Recodos de verdadera belleza, con un pinar que da continuidad a las encinas de la parte intermedia, balcones con vistas al mar que alcanzan su punto culminante en la última herradura antes de Peñas Blancas, una de ésas que se quedan en nuestra retina para siempre. Hasta la niebla aporta un halo mágico a este ascenso cuando aparece en las proximidades de su cima.
Coronamos y, en la encrucijada del puerto, se abre el mirador hacia el valle del Genal. La foto con el cartel es de rigor. Tras hacer ganas, continuamos hasta el refugio y el mirador de Los Reales. La carretera, además de estrecharse, empeora en su estado. El ascenso sigue una línea recta con impresionante caída a nuestra izquierda y unas excelentes vistas de toda la Costa del Sol tan sólo superadas por las del mirador y las de la cima.
Pero entrados en el km. 17 nos introducimos en un continuo de herraduras, algunas de espectacular trazado, a la par que se incrementa paulatinamente la dureza de unas rampas que en ningún momento bajarán del 7%. Mediado el km. 18, aparecen junto a la carretera y entremezclados con el pinar los pinsapos, un tipo de abeto autóctono de la Serranía de Ronda.
Abandonaremos durante unos instantes el serpenteo hasta las dos últimas paellas, que anticipan la llegada al mirador y al refugio. Precisamente en el mismo mirador nos desviamos a la derecha por una pista de tierra hasta alcanzar el punto más alto de la carretera, antaño asfaltada, si bien impracticable durante años hasta que la acondicionaran en 2012. Ignoramos si existe pretensión de reasfaltar hasta las antenas, pero, en cualquier caso, en tanto que podamos rodar por aquí con ruedas finas, consideramos casi obligado continuar hasta arriba.
Algo más de 1,5 km. nos restan hasta coronar y no van a ser fáciles. Vuelven las rampas de doble dígito continuadas –la pendiente media es superior al 10%- y la tierra, aunque apelmazada, no facilita las cosas. Tras una terna final de herraduras, la última a derechas, llegamos al pico, junto a unas antenas. Recomendable caminar hasta el vértice geodésico, desde donde la panorámica es de 360º.

Fotos:

Inicio:

Nos desviamos:

Inicio cómodo:

Se pone interesante:

Aparecen las rampas:

Altos porcentajes:


20%

Empalme con la vertiente tradicional:

Descansillo:

De nuevo se endurece:


La cosa se calma:

El puerto se vuelve escénico:


Las curvas son balcones:

Buena carretera:

Última herradura:

A casi 2 km. del puerto:

Salimos de la curva:

Coronamos:



Seguimos:


Espectacular entorno:

Km. 18,5

Abundante follaje:

Y vistas excepcionales:

Penúltima curva:

El mirador:

Seguimos por pista:

Resto de asfalto:

El estrecho:

Curva final:

La cima:

Buenas vistas:


Altimetrías de Puertos de Montaña
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