Localización: En la N-121b a la salida de Oronoz en dirección a Elizondo, unos metros después de la confluencia de la antigua carretera con la variante, encontramos una cantera a la izquierda, donde nace la NA-4453, que es la que debemos seguir. La señal casi ni se ve, pero la cantera es un punto claro de referencia.
Mapa de situación.
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Comentario: Nos encontramos en el límite oeste del valle de Baztan, el municipio más extenso de Navarra, con nada menos que 373 km2 de superficie. Tierra mágica de leyendas y de inmensos bosques vírgenes, es todo un placer visitarla en cualquier época del año, pero en otoño, la paleta de colores del paisaje es algo indescriptible. Hasta se te olvida el cansancio acumulado en los continuos repechos. Nuestro punto de partida está en Oronoz, donde no debemos dejar de visitar el Señorío de Bertiz, un parque natural de extraordinaria belleza. Este parque tiene su origen en 1392, cuando Carlos III nombró merino de montes a Pedro Miguel Bertiz, y a cuya descendencia perteneció hasta el S.XIX. Los últimos propietarios, unos indianos que hicieron fortuna en América, reconstruyeron el palacio y jardín del parque hasta dejarlo en el estado actual. A su muerte, lo donaron a la Diputación de Navarra, con la condición que lo mantuviese en las actuales condiciones. Se puede visitar el palacio y los magníficos jardines, con innumerables y espléndidos ejemplares arbóreos, tanto autóctonos como exóticos. Un placer pasear por este vergel. Quien quiera darse una buena caminata, son diez km de ascenso y 700 m de desnivel, merece la pena que dirija sus pasos hasta la cumbre del Aizkolegi, donde el último propietario construyó un palacete de verano (hoy en estado ruinoso), al que se accede por un bonito camino a través del bosque, aunque también hay otros itinerarios más accesibles y de gran belleza. Estamos ante una ascensión corta ya que no llega a los cinco km, pero de bastante dureza, aunque no presenta rampas espectaculares. Ya de entrada nos encontramos con una pendiente que no va a bajar del 10% en los 1.200 primeros metros. Esta pendiente es bastante constante, situándose en una media por encima del 12%, aunque sin superar el 15%. Todo este tramo lo haremos a través de una zona boscosa, lo que al menos nos proporcionará sombra si el calor aprieta. Este duro tramo finaliza al llegar a una curva de herradura con un cruce a la izquierda. Aún queda una pequeña rampa y la pendiente se va suavizando paulatinamente hasta llegar a un falso llano en el caserío de Señorenea, ya iniciado el tercer km. Nos habrá venido bien este descanso, porque hasta el final del cuarto km la pendiente media vuelve a subir hasta casi el 10%. El terreno es más abierto y, aunque aún hay zonas arboladas, nos permite unas buenas vistas hacia el valle. El escaso km que resta para coronar, es bastante más suave. Merece la pena detenerse en el alto y contemplar los enormes bosques que se extienden, hasta perderse de vista, por la otra vertiente. Vertiente que por cierto es preciosa y es una pena que el firme, que pasa a ser hormigonado durante unos cuantos km, presente un aspecto muy deteriorado en bastantes zonas. Si optamos por continuar, repetimos que es una maravilla, podemos ir hacia el puerto de Otsondo, o hacia Zugarramurdi y volver al punto de inicio por la N-121b. También cabe la opción de ir a la izquierda hacia Etxalar. En cualquier caso, llevar un mapa detallado es casi obligatorio, porque la señalización es escasa y vamos a encontrar poca gente a la que preguntar.
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Fotos:
Inicio junto a esta cantera a la salida de Oronoz, dirección Elizondo.

Parece llano, pero superamos los dos dígitos de pendiente.

El primer km duro y constante, a través de este cerrado bosque.

La máxima pendiente la encontramos en esta herradura.

El paisaje se comienza a abrir y la pendiente nos da un respiro.

Los curiosos almiares de helechos (“metak” en euskera) comunes por la zona. Se usan como cama para el ganado en los establos.

Zona llana llegando al caserío Señorenea.

El “txarri”, a su puñetera bola.

De nuevo en el 10%, pero con esta maravilla de bosque, casi ni lo notamos.

Una rampa algo más dura.

Tercer km y paz absoluta.

Otro tramo un poco más fuerte.

El otoño se deja notar en esta zona de hayas.

El arbolado se va reduciendo...

...lo que permite unas buenas vistas.

Ya adivinamos el collado.

El último zigzag...

...y coronamos.

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