Altigrafía y comentarios enviados por:
M.A.Granero

Localización: No es sencillo, 1º porque hay que encontrar la carretera que te lleva al cruce donde se inicia la ascensión, y 2º porque hay que encontrar esta última.
Si circulamos por la CV-10, tendremos que tomar la salida de “CABANES”, para luego en la rotonda ir dirección “OROPESA” por la CV-148. Tendremos 5’2 km hasta el desvío donde empieza la ascensión
Si vamos por la N-340 nos fijaremos en la salida que indica “CABANES” para continuar por la CV-148, entonces nos quedarán 9 km para llegar al desvío donde se inicia la ascensión.

Especificaciones: La CV-148 no es una carretera por donde se pueda transitar muy plácidamente con la bicicleta de carretera, dado que el asfalto ya tiene sus años y si bien no tiene grandes socavones ni gravilla, los múltiples bachecitos hacen que sea bastante incómodo circular por ella. Casi podría servir para preparar las etapas de pavés. Esta es ancha pero sin señalización horizontal.
Cuando ya circulamos por la que corresponde a la ascensión, esta a pesar de tener algún punto con gravilla y ser mucho más estrecha, mejora en su firme. Cosa que agradeceremos. No tiene señalización.
Una vez llegamos a la CV-147 es asfalto está en muy buen estado.

Fuentes: Sobre un kilómetro antes de llegar al cruce con la CV-147 encontramos una, pero su caudal (si tiene) es escaso, por lo que mejor no contar mucho con ella.

Comentario: Esta vertiente de ascenso al Desierto de las Palmas es la menos conocida y popular, pues hay que ser de la zona para conocerla, o bien estar un poco “alocado” para descubrirla por uno mismo siguiendo las indicaciones de un GPS.

Comparte algo menos de 3 km en su parte final con la vertiente que viene por Benicasim, más transitada.

Los dos primeros kilómetros no presentan mucha dureza, donde su principal característica serán los continuos sube y baja alternando repechillos con bajaditas que no nos permitirán coger el ritmo y tampoco nos dará sensación de estar ascendiendo.

Pero serán los dos kilómetros siguientes donde está la “miga” de esta vertiente, que si bien continúa alternando repechos con descansos, estos primeros ya son de mayor entidad, pues superan el 10% llegando a picos del 18% puntualmente. Eso si, muy mal tendríamos que ir para no poder superarlos. Una vez superado este tramo, la pendiente se modera manteniéndose sobre el 5% antes de llegar al descansillo que hay donde podremos admirar con calma las magníficas vistas hacia la costa. Ya en la parte final, vuelve a subir al 5% en la zona del Monasterio.

Si una vez arriba nos hemos quedado con ganas y fuerzas (esto segundo seguro que si), podemos ascender al Monte Bartolo, en donde sus casi 3 km al 10% con rampas superiores al 20%, nos exigirán todo lo que anteriormente no hemos usado, tanto de desarrollo, como de piernas y pulsaciones. Eso si, una vez arriba, el premio de las vistas merece muy mucho la pena.