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Josemi Ochoa

Localización: A la salida de Muskiz, dirección Cantabria, cruzamos el río Barbadún y de inmediato tomamos el cruce a la derecha hacia Pobeña. Menos de trescientos metros y encontramos un cruce a la izquierda señalizado como Oiankas. Es el punto de inicio.

Especificaciones: En el primer km y medio, carretera muy estrecha (amplia en el paso por Las Duchas), aunque con asfalto perfecto. El último km es de hormigón liso excepto unos metros rayados en la rampa más fuerte. Pocas sombras que desaparecen al inicio de la rampa más dura. Tráfico inexistente.

Fuentes: Una en el barrio de Oiankas, a la izquierda.

Comentario: Típica tachuela sin salida, que no lleva a ningún sitio y por las que a veces nos metemos huyendo de la rutina de sitios archiconocidos. Un recorrido absolutamente tranquilo, sin ningún vehículo y con unas vistas interesantes en la parte final, afeadas por la monstruosa refinería de Petronor. Y típicas también las pequeñas encerronas que nos brindan estas desconocidas rutas. Comenzamos de forma suave, pero la pendiente aumenta rápidamente hasta llegar al 11% en el inicio del barrio de Oiankas, donde encontramos una señal de calle sin salida invitándonos a dar media vuelta. Ningún problema, ya que está cortada para vehículos pero en bici se pasa perfectamente. Bueno, cuesta un poco porque la pendiente alcanza el 18%. Por suerte, el asfalto está impecable, lo que ayuda bastante. Nada más pasar los bolardos que impiden el paso a los vehículos de cuatro ruedas, vamos a la derecha por una amplia calle de una nueva urbanización con poca pendiente. Al final de la misma seguimos por una estrecha carretera que lleva a un caserío. Justo al llegar a él, tomamos el camino hormigonado que hay a la derecha y que se inicia con una rampa al 15%, preludio de la más dura que encontramos unos metros más adelante en la que superaremos el 20% y en ese punto el firme es rayado lo cual es una dificultad añadida. Lo que queda hasta el final es bastante más cómodo, por una zona de praderas hasta coronar junto a un establo. La pista hormigonada sigue un tramo en descenso y unos metros más adelante se convierte en camino de tierra.