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Josemi Ochoa

Localización: Inicio en la parte sur de Rentería en la rotonda donde se inicia la calle Beraun, junto a una subestación eléctrica.

Especificaciones: Primer kilómetro urbano con cierto tráfico pero tampoco agobiante. Luego carretera estrecha, sin señalización, con el firme en estado aceptable. Firme de hormigón en la rampa del 15-16%. Ausencia de tráfico y bastantes sombras.

Fuentes: Una, al poco del inicio en el parque de la izquierda, mediada la calle Beraun. Otra al final llegando al fuerte.

Comentario: Esta ascensión nos lleva hasta el Fuerte de San Marcos construido en 1888. Iba a ser uno de los ocho que formaban el llamado “Campo Atrincherado de Oyarzun” para prevenir posibles invasiones desde Francia. Solo se construyeron tres y estaba iniciado el de Erlaitz. Las nuevas técnicas de guerra y la aparición de la aviación, acabaron truncando el proyecto. Éste es un fuerte muy bien conservado. Si se quiere visitar hay que tener en cuenta que cierra de noviembre a enero, ambos inclusive y el resto del año tampoco abre todos los días.
Si comenzamos calle Beraun arriba, no nos vamos a confundir en la ruta, porque la dirección está profusamente señalada. Como decíamos, el primer kilómetro es urbano y presenta una cierta pendiente que llega a un máximo del 10% al llegar a la altura del estadio Mikel Odriozola. Seguimos la indicaciones y tras dos rotondas y algún cruce llegamos a una carretera estrecha, sin tráfico y casi llana. Luego la pendiente va aumentando poco a poco y en el inicio del cuarto kilómetro nos damos de bruces con la muy dura parte final. De inicio, la rampa más fuerte con el 16% y además sobre hormigón. Una herradura y vuelve el asfalto con otro tramo al 12% de media hasta llegar al cruce con la carretera de la otra vertiente, donde encontramos un corto descanso. Luego la pendiente aumenta de forma paulatina hasta llegar al parking del Fuerte. En este punto se inicia un camino asfaltado (con una corta pero dura rampa en su inicio), camino que rodea el Fuerte. Merece la pena seguirlo, porque se aprecian detalles de la construcción y las vistas hacia Pasajes y Donostia son espléndidas.