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Josemi Ochoa

Localización: Punto de partida, el inicio de la calle Agirretxe en el casco urbano de Deba. Solo hay que seguir las indicaciones hacia el polideportivo, el instituto y la ikastola y luego seguir la norma de que en caso de duda se sigue por la parte con mayor pendiente.

Especificaciones: El tramo más duro, hasta el km 1,2, ha sido terminado de asfaltar en 2023, lo que hace que sea más llevadero, es un decir, respecto al anterior firme de hormigón. El resto hasta la cima es hormigón generalmente liso pero con zonas rugosas en la parte final. Sombras continuas en la parte más dura. Tráfico inexistente.

Fuentes: No las hay durante la ascensión, así que habrá que surtirse en alguna de las que hay en el parque junto a la playa.

Comentario: Tremendo el inicio de esta ascensión. Hasta mediado el primer km, la pendiente media ronda el 12%, pero sin superar el 15%. Más o menos llevadero. Pero al trazar una herradura junto al instituto, donde damos vista a la ikastola, se nos viene el mundo encima. Una terrorífica rampa con dos puntos al 25-26% marca el inicio de 750 m al 18% de media. Como la pendiente en este tramo es un tanto irregular (hay dos puntos en que baja al 12%), encontraremos nada menos que seis zonas en las que superamos el 20% con un máximo del 25% junto a la ermita de San Roke. Hay que estar atentos para no patinar porque hay bastante pinocha y hojas secas. En mojado, ni intentarlo. Desde la ermita, aún quedan 300 m por encima del 18%. Como vamos metidos en un túnel de vegetación, cuando veamos mayor claridad es señal de que el sufrimiento va a acabar. Salimos a una zona de prados y caseríos en el barrio de Donibane, donde tenemos un kilómetro suave con un descenso incluido. Viene luego otro tramo de casi medio km al 14% pero que nada tiene que ver con lo dejado atrás. Al poco de iniciado este tramo, dejamos un cruce a la derecha señalizado hacia Arriola. Y poco después, no hay señalización alguna, tenemos que ir a la derecha, ya que de frente saldríamos a Itziar. Este tramo duro acaba a la salida de un pinar desde donde tenemos unas magníficas vistas hacia el Cantábrico. Lo que queda hasta coronar, aunque exigente, no tiene mayores dificultades. El descenso por la otra vertiente tiene una carretera perfecta. Dicho queda. Cogedlo con mucha calma, porque si no os podéis ahogar. Y aún así...