Altigrafía y comentarios enviados por:
Miguel Baeza y Martín Cerván

Localización: Empezamos en el puente sobre el Río Seco, sobre una curva de vaguada, transitando por la MA-527 que abandonaremos al salir de Igualeja para tomar la MA-526.

Especificaciones: Carretera de piso irregular, sobre todo el tránsito por Igualeja y los dos o tres kilómetros siguientes. Al estado del asfalto se une su estrechez, aunque por fortuna el tráfico es escaso. Hasta el km. 4,5 las sombras son abundantes, pero desaparecen por completo a partir de ese momento. La carretera cuenta con señalización vertical y horizontal.

Fuentes: Hemos contado hasta un total de tres fuentes en la travesía de Igualeja y, aunque no sabemos si en todas el agua es potable, suponemos que, cuando menos, en alguna lo sea.

Comentario: "Comienza nuestra subida justo donde acaba el descenso del puerto del Monte, a poco menos de un km. de Igualeja.
Podemos dividir el puerto en dos partes bien diferenciadas, sobre todo por las características de la vegetación. Así, hasta poco después del km. 4,5 la carretera se retuerce por una zona abundante en follaje para adentrarse en una parte alta donde la roca caliza pelada predomina, pero el contraste es tal que no podríamos decir que alguno de los dos tramos carece de belleza, sino que, cada uno, a su manera, tiene su peculiar encanto y atractivo.
Empezamos con unas rampas siempre próximas al 5 % que pronto nos llevan a Igualeja, precioso pueblo encajonado entre montañas, municipio que goza del privilegio de ver nacer el río Genal. Atravesamos sus callejuelas de casas encaladas con mucha soltura e incluso con algún leve descenso para detenernos a la salida justo antes de un puente que atraviesa el río. Allí, a la derecha, sale con fuerza y en cantidad el manantial del Genal de una estrecha gruta: bien merece esta parada el lugar que ve brotar el río cuyo valle nos ha fascinado.
Al continuar la marcha, atravesamos el río y una curva de vaguada para adentrarnos en la zona más enrevesada del puerto a la par que dura. Superaremos algo más de dos km con cuatro herraduras e innumerables curvas y con rampas que en algún momento superan el 10%. A ello se unen las vistas que alcanzamos sobre el pueblo, al que pronto dejaremos abajo. Por desgracia, también se corresponde con el peor tramo de asfalto, aunque no vamos a permitir que tal nimiedad nos impida paladear este par de kilómetros.
Si bien es cierto que son los metros más duros, también lo es que resultan tan entretenidos que se pasan volando y, así, salimos a la zona despoblada de vegetación sin darnos cuenta. A nuestra izquierda contemplamos los “Riscos de Cartajima”, una formación rocosa de las mismas características que el Torcal de Antequera y que, a pesar de ocupar mayor extensión, es menos famoso que éste. Si llevamos atrás nuestra mirada contemplaremos el Valle del Genal en su parte alta... Indescriptible.
Así, bajo la atenta mirada de alguna rapaz, continuamos la marcha no exenta nunca de curvas y, cada vez que ganamos una, la panorámica nos parece más espectacular. Paulatinamente la pendiente va disminuyendo hasta que coronamos en un cruce junto a una gasolinera el puerto del Navasillo y continuamos a la derecha, en dirección a San Pedro de Alcántara, durante unos 500 m. hasta llegar a la venta homónima del puerto donde, puesto que la carretera continúa subiendo unos kilómetros de manera muy irregular, decidimos concluir la altigrafía.

En este puente da inicio la subida:


Al poco tenemos a la vista Igualeja:


Salimos del pueblo y cruzamos el Genal. En la esquina superior derecha detalle del nacimiento del río.


Segunda herradura:


Igualeja visto desde la curva anterior:


Ahora desde un poco más arriba:


El estado de la carretera en esta parte de la ascensión deja mucho que desear:


Estamos apunto de abandonar la zona de vegetación...


Y, una vez pasada la casa, se acabó el verde:


Y unos metros después, echamos un vistazo nuestra izquierda...


Otro hacia atrás...


Y seguimos hacia adelante:


Cartajima:


A partir de ahora tendremos, en casi todo momento, buena visión de la carretera por donde deberemos ascender:


Se trata, como vemos, de un puerto muy escénico en sus últimos kilómetros:


¡Cuidado!, siempre hay una pájara merodeando:


Pujerra. A la izquierda la carretera excavada en la roca:


Se acerca el final y la pendiente comienza a ceder:


Últimos metros. Llegados al cruce, se acaba el puerto, pero si seguimos a la derecha, alcanzaremos a unos 500 m. la venta: