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Josemi Ochoa

Localización: En Otero de las Dueñas encontramos el cruce perfectamente señalizado hacia Piedrasecha. No hay posibilidad de pérdida.

Especificaciones: Carretera estrecha, sin señalización horizontal, con firme algo irregular pero en aceptable estado, sin baches ni zonas descarnadas. Los trescientos metros finales son sobre hormigón. Algunas sombras y tráfico inexistente.

Fuentes: Solo hemos visto una, justo antes de la última rampa, la más dura.

Comentario: Piedrasecha es uno más de esos encantadores pueblos leoneses escondidos en pequeños valles de las primeras estribaciones de la Cordillera Cantábrica. En este caso, además de ser un regalo para la práctica del ciclismo, lo es también para los senderistas ya que allí se inicia una de las más bellas y desconocidas rutas del norte de León: el Desfiladero de los Calderones. Si tenéis ocasión, no dejéis de visitarlo. Eso sí, tiene que ser en temporada seca, porque gran parte de esa ruta discurre por el fondo de un angosto barranco que es el cauce de un arroyo cuyo caudal se filtra bajo las piedras del fondo en épocas de pocas lluvias.
Yendo con lo que nos ocupa, esta ascensión no presenta ninguna dificultad hasta llegar a Piedrasecha, por cuanto en ningún punto alcanzamos el 8% de pendiente. No tiene más aspiraciones que las de disfrutar del paisaje, muy ameno y tranquilo. En una zona, ya llegando al final, pasamos por un pequeño desfiladero que es como una prolongación del de Los Calderones. Al llegar a la iglesia, una rampa al 11% nos deja frente a un edificio conocido como el Castillo de Piedrasecha, construido sobre una casa de unos trescientos años de antigüedad, a la que han dado forma de castillo. Es un hotel con tres apartamentos e instalaciones a todo lujo. Nosotros lo dejamos a la derecha para rematar la ascensión y llegar al punto más alto del pueblo si la dura rampa final no nos lo impide. Imperdonable si hay algún aficionado de León capital que no conoce esta zona, porque el inicio se encuentra a apenas treinta kilómetros de ella.