Comentario: El único interés de esta ascensión es el de ubicarse en una zona bastante frecuentada por los aficionados de la capital leonesa. Por lo demás, paisajísticamente hablando tiene muy pocos alicientes. Aunque supera los cinco kilómetros, su escaso coeficiente indica a las claras su poca dificultad. Solo se llega al 7% de pendiente en un punto de su medio kilómetro inicial, único tramo con una pendiente digna de mención. Sin embargo, todas las veces que lo hemos ascendido nos ha dado la sensación de mayor dureza que la indicada por las cifras. Puede que sean los “campos magnéticos” de Perico Delgado, pero lo achacamos más a que siempre lo hemos pasado al mediodía, con un sol de justicia. Y en esas condiciones es un horno ya que no hay una maldita sombra. En la parte final vamos junto a un pinar, pero los pinos son de poco porte y están bastante retirados, por lo que de nada sirven. Eso sí, una vez coronar se va como un tiro hasta León.
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