Altigrafía y comentarios enviados por:
J. Javier Marco

Localización: Tomando la A-226 que cruza toda la sierra de Gúdar y el Maestrazgo turolense, nos dirigimos a la localidad de Fortanete tras pasar el puerto de Villarroya. Justo al terminar el descenso de este puerto cruzamos por un puente el río Pitarque. En este punto empieza la ascensión, y menos de 1 km después entraremos en Fortanete. Seguimos la carretera principal en dirección a Cantavieja.

Especificaciones: Carretera en muy buen estado, de unos 6-8 m. de anchura, excepto en la travesía de Fortanete, que se estrecha, y con buena señalización.
Abundantes pinares en toda la ascensión.
Tráfico casi testimonial y algunos problemas de nieve en invierno, estamos en una zona bastante alta y fría en invierno.

Fuentes: Al paso por Fortanete, si buscamos la plaza de la iglesia, a la izquierda de la carretera, tenemos una muy buena.

Comentario: Estamos en el corazón del Maestrazgo turolense, discurriendo por la carretera que atraviesa toda la sierra desde Teruel hasta pasado Mirambel, al llegar al límite con Castellón. Se trata de una carretera arreglada y ensanchada hace unos años, en perfecto estado, pero con escaso tráfico, por lo que podremos disfrutar del entorno y las vistas con tranquilidad.
Empezamos la subida nada más terminar de descender el puerto de Villarroya, en el puente del río Pitarque. El primer kilómetro, hasta la salida de Fortanete, será muy suave, para ir calentando. En esta localidad, podemos acercarnos al puerto de Tarrascón, un muraco tremendo camino de Valdelinares, pero nosotros seguimos por la carretera principal.
Poco después de salir de Fortanete tendremos el tramo más duro, que coincide con un rectificado de la carretera al eliminar dos curvas, que se saldan con un buen tramo a casi el 11% de pendiente, pero que poco después, pasa a ser un tramo de descenso. Después de este primer sofocón y el descanso de la bajadita, cruzaremos un barranco y nos adentraremos en la ladera del monte del Cuarto Pelado, que ascenderemos por su ladera de manera casi rectilínea a una pendiente prácticamente constante alrededor del 7% hasta coronar. Cuando nos queden un par de kilómetros, empezaremos a disfrutar del espectáculo de la vista del valle de las Dehesas, que estamos remontando, y podremos para en un pequeño mirador para nuestro delite. Y siguiendo el trazado rectilíneo, coronaremos justo en una curva a derechas que cruza por un collado a la otra vertiente, camino de Cantavieja.