Comentario: "El que a continuación os describimos no es ningún coloso, no. Se trata de un simple puerto de tercera categoría, incluso de esos que en muchas ocasiones las carreras profesionales dejan sin puntuar, pero no nos confiemos, porque esconde rampas que nos lo pueden hacer pasar muy mal sobre nuestra bici. Mientras que el río sigue su curso descendente, nosotros, aunque en la misma dirección, nos vamos a ir remontado sobre el valle en dirección a Cortes. Las primeras rampas son siempre suaves, casi inapreciables, así que iremos charlando sobre la belleza del entorno, la del río o sobre el colorido de la sierra confiados en nuestras fuerzas e ignaros, pobres de nosotros, del sufrimiento que nos espera. Y así continuamos nuestro pedalear: de repente vemos una recta que se empina un poco... no será para tanto. Pues tiene su miga, pero ésta la pasamos bien. Curva, nueva recta y... ¿¡Qué es eso!?, ¡uf!, ¡madre mía!, ¡menudo rampón! Se trata de un tramo de un kilómetro a más del 8% de media, en concreto el que va desde el km. 1,8 hasta el 2,8, pero que alberga un primer tramo que alcanza el 14%: es lo que hemos dado en llamar “La Huesera de Cortes”. Aquí ponemos a prueba, en primer lugar, la mecánica de nuestras bicis al subir dos o tres piñones de una vez –¡con lo bien que se iba junto al río charlando!- y, en segundo lugar, nuestras fuerzas... A tirar de riñones se ha dicho. Cuando crees que ya has terminado el tramo duro, tomas otra curva y te das cuenta de que comienza otra recta aún peor, unos 400 metros o poco más que no bajan del 10% y con puntas del 12,5%: psicológicamente te vienes abajo al instante ¡Pero no quedamos en que era un tercera! Por suerte para nuestros riñones, “después de la tempestad” -dice el refranero popular- “viene la calma” y, una vez que pasemos este pequeño calvario, seguiremos por una zona mucho más llevadera hasta alcanzar Cortes, aunque esta vez no podremos hablar de otra cosa que no sea el padecimiento que acabamos de soportar hace un momento y de lo duros que eran los repechos de marras.
Fotos: Panorámica de toda la ascensión tomada desde el puerto de Encinas Borrachas, poco antes de llegar a Jimera de Líbar. A la izquierda vemos también Cortes de la Frontera:
Primeros compases con Jimera a la espalda:
Comienzan las sorpresitas:
Las rampas por encima del 10% van a exigirnos el máximo esfuerzo:
Carretera en perfecto estado, aunque el arcén se antoja demasiado estrecho:
Aquí hay que darlo todo:
Acabando la “Huesera de Cortes”:
¡Llegamos al pueblo!: "
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