Altigrafía y comentarios enviados por:
Miguel Baeza y Martín Cerván

Localización: Nos situamos en la HV-3115 que une las localidades de Corterrangel y Aracena.

Veamos un mapa de la situación:

Especificaciones: Se alternan tramos en muy mal estado y sin arcén con otros en mejor estado que cuentan con señalización horizontal y vertical y con un arcén que, no obstante, se nos antoja demasiado estrecho para nuestro uso. La sobra ofrece en algún momento puntual su gratificante frescor.

Fuentes: Existe una pasado el km. 2.

Comentario: Para acometer esta subida habrá que bajar previamente, teniendo mucha precaución debido principalmente al estado del firme, sobre todo en su último tramo poco antes de atravesar la aldea de El Castañuelo.
Comenzamos la ascensión en un puente sobre un pequeño arroyo, se trata de una zona en la que la bicicleta se agarra a la carretera debido al lamentable estado del firme. En estas circunstancias, atravesamos la pequeña aldea de El Castañuelo, un auténtico remanso de paz y tranquilidad con el que deleitarse.
Seguimos nuestro camino y tras un km. nuestras piernas agradecerán la mejora en el firme justo cuando nos disponemos a ascender el del tramo más duro en el que nos encontramos con zonas al 10%, al tiempo que dejamos a nuestra derecha una fuente. Finaliza esta rampa tras dejar atrás una herradura y un mirador situado en el cruce que nos llevaría hasta la vecina aldea de Carboneras, por donde asciende una vertiente paralela a esta que estamos transitando.
A partir de este momento afrontaremos una zona de toboganes que nos conducirán sin muchos sobresaltos hasta el cruce con la N-433 justo en la rotonda de entrada a Aracena, la cual dejamos a nuestra izquierda, terminando nuestra ascensión pocos metros más hacia delante junto a un pequeño polígono industrial.
Por supuesto, recomendamos dar un paseo por el pueblo, visitar las ruinas castillo o la famosa “Gruta de las Maravillas” entre otros monumentos y degustar las exquisiteces de la región, entre las que destacan, sin duda, los productos porcinos, ¡no puede uno irse de allí sin catarlos!... no digáis que no os avisamos.