MÁLAGA ENCINAS BORRACHAS
San Pablo de Buceite (Sur)
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Altitud: 1026 m Distancia: 42 km Desnivel: 976 m Pendiente Media: 2,3 % Coeficiente: 231
 

Altigrafía y comentarios enviados por:
Miguel Baeza y Martín Cerván

 

Localización: Comenzamos nuestro ascenso San Pablo de Buceite, provincia de Cádiz, en dirección a Gaucín y Ronda siempre por la carretera A-369.


Especificaciones: La carretera, después de haber sido reparada, está en excelente estado durante todo el ascenso, además de contar con una perfecta señalización y unos 7 m. de ancho. El firme es liso y, excepto en la subida hasta La Dehesa, cuenta con un pequeño arcén ciclable que es de agradecer, pues la carretera soporta un tráfico considerable, aunque no resulte molesto en demasía.
Por otro lado hay que tener en cuenta que las sombras son inexistentes durante toda la subida, a excepción de algún tramo entre Gaucín y el puerto del Espino.

Fuentes: Un total de tres hemos observado a lo largo del ascenso y todas ellas en buen servicio. La primera en el km. 9, la segunda en las inmediaciones de Gaucín y la última justo a la entrada de Algatocín, en una zona de bajada.
Por lo demás, son muchos los bares y pueblos donde podemos abastecernos igualmente.

Comentario: Os presentamos la altigrafía de uno de los puertos más largos de la península ibérica, considerando su inicio en San Pablo de Buceite y su final poco después del emplazamiento tradicional o histórico del puerto, en el punto más elevado de la carretera A-369.
Los primeros datos de utilización del puerto parecen remontarse a la prehistoria, en concreto, al tercer milenio a. C. según la datación de los restos humanos hallados en los Dólmenes de Encinas Borrachas. Lo más probable es que se tratara de pastores que, conduciendo el ganado desde las zonas altas de sierra a las bajas del valle, iban en busca de pastos cuando arreciaban los fríos invernales y que regresaban a la altiplanicie rondeña con la llegada de la primavera y el deshielo, costumbre ésta que se sigue practicando en la actualidad en zonas de alta montaña como, por ejemplo, en algunos pueblos de la Alpujarra.
Cerca del puerto, aún se conservan restos del que parece ser el posterior trazado de la carretera en época histórica. Se trata de la vía romana que unía Carteia (San Roque) con Acinipo (Ronda la Vieja), aunque hay duda de si los mencionados restos son romanos o medievales, parece que, en cualquier caso, se corresponde con el trazado que hicieron los primeros.
De especial protagonismo gozó este paso montañoso entre los viajeros románticos, quienes embelesados por las maravillas que oían contar de Ronda, acudían desde el puerto de Algeciras a conocerlas in situ penetrando por Encinas Borrachas.
Actualmente la vía ha sido completamente reparada y aderezada con numerosos miradores que nos permiten contemplar con total tranquilidad la grandeza paisajística del Valle del Genal y ello le ha valido el sobrenombre de la “carretera de los miradores”. Así, en el puerto del Espino tenemos, por ejemplo, el “Mirador del Guadiaro” con vistas al valle homónimo o más adelante el “Mirador del Fraile”, en referencia a Fray Leopoldo de Alpandeire y con vistas a esta hermosa localidad.
La toponimia del puerto es, además de curiosa, dudosa, pues las explicaciones que se ofrecen no terminan de ser convincentes. Para consultarlas os remitimos al comentario de la vertiente Norte publicado también en esta misma web.
Pasemos ya, finalmente, a la descripción de esta larguísima ascensión. En general podemos decir que no alberga rampas inhumanas, ni mucho menos, sino que puntos aislados al 10% es la pendiente máxima que nos vamos a encontrar. Hasta la Dehesa, e incluso hasta el puerto del Espino, podemos hablar, en general, de un ascenso continuo, con algún descansillo pero con clara tendencia hacia arriba. Mientras que, a partir de ese momento, se convierte en una sucesión de repechos y descensos hasta llegar al punto más alto de la carretera.
En un principio iremos remontando el valle del río Guadiaro, salvando incluso algunas herraduras enlazadas y varias vaguadas. Rápidamente alcanzaremos una “velocidad de crucero” que nos permitirá ir ganando metros sin demasiado esfuerzo pensando, sobre todo, en la longitud del ascenso, pues no conviene castigarse en exceso, que luego las alegrías se acaban pagando.
Al llegar al cruce de El Colmenar cambiamos de valle. A partir de este instante, en efecto, no abandonaremos el valle del Genal sino en unas decenas de metros justo al coronar el puerto del Espino, momento en que lo perderemos de vista.
Hasta Gaucín nos conduce un falso llano que se agradece e incluso afrontaremos después un corto tramo en descenso antes de seguir subiendo. Sin embargo las rampas hasta poco antes del cruce de Benarrabá son un punto más incisivas, con unos 2 km. al 7% constante.
Este momento es, quizás, clave en el devenir de nuestra ruta. Un excesivo derroche de fuerzas en estos km. podemos pagarlo más tarde y no hay que olvidar que coronamos el Espino con más de 20 km. en las piernas y aún nos queda algo más del doble.
Un par de kilómetros en rapidísimo descenso (el firme está verdaderamente extraordinario) nos conducen desde el Espino hasta Algatocín donde, justamente en el cruce hacia Jubrique y Genalguacil, retomamos un nuevo tramo de ascenso. Lo cierto es que tanto esta bajada como las siguientes se hacen tan rápidas que prácticamente no da tiempo a recuperarse de los esfuerzos y, además, nos impiden retomar esa “velocidad de crucero” que durante el ascenso a la Dehesa tan fácilmente habíamos alcanzado.
Un poco más complicado el primer repecho hasta el cruce de Benalauría y bastante más escalonado el siguiente después de pasar junto a Benadalid, y llegamos así a Atajate. A partir de aquí afrontamos la última tortura a la que nos someterá el puerto. Se trata de tres km. entre el 8% y el 6% que a estas alturas nos parecerán rampas del Tourmalet.
Al coronar este repecho, un último km. de descenso nos conducirá ya, por fin, al trecho final de la subida que, por fortuna, ofrecerá una leve tregua a nuestras fatigadas piernas. Coronamos el puerto de Encinas Borrachas a poco más de 1.000 m. sobre el nivel del mar (1.000 m. señala el cartel de la cima) en una zona despoblada de vegetación (de hecho así lo viene siendo desde hace ya varios km.) y continuamos, después de un breve descansillo, en suave ascenso hasta el punto más alto de esta hermosa carretera situado a 1.026 m.
En definitiva, un puerto con espléndidas vistas, con buena carretera, pero tan largo que acaba por convertirse en un calvario que estaremos deseando terminar cuanto antes, a pesar de lo cual, una vez coronado, nos dejará un dulcísimo sabor de boca por el reto logrado.


Fotos:
Puente sobre el Guadiaro:


A partir de este punto la cosa se pone seria:


Primer descansillo:


Al fondo Jimena de la Frontera:


Tres de las cuatro herraduras que afrontamos de manera consecutiva entre los km. 7 y 8:






Continuamos remontando el valle del Guadiaro:


A finales de invierno el puerto está precioso:


Hay que reconocer que vamos más pendientes de lo que hemos subido y del paisaje que de lo que nos resta por llegar hasta el primer altillo:


Y por eso nos sorprendemos sobre nosotros la carretera del puerto del Negro, en cuyo cruce suaviza la pendiente:


Las últimas rampas de la Dehesa:


A la entrada de Gaucín nos encontramos con la única gasolinera de todo el trayecto. A la derecha podemos ver el cruce que nos conduce hasta Casares pasando por el río Genal y la Sierra Crestellina. Ya hemos cambiado de valle... estamos en el del Genal:


Después de un corto descanso en Gaucín, la carretera continúa ascendiendo. Las siguientes instantáneas están tomadas desde el castillo de esta preciosa localidad:

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