Especificaciones: Carretera ancha y en buen estado, con tráfico moderado. Las sombras escasean, a cambio, el trazado sigue una media ladera muy panorámica sobre el valle del Ródano, flanqueado por dos grandes cadenas montañosas, los Alpes Peninos al sur y los Berneses al norte.
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Comentario: Nos encontramos ante una subida muy seria, un primera de los duros. Una ascensión caracterizada por su extrema regularidad. Si bien la gráfica altimétrica tiene una "resolución" de 1 km, los datos obtenidos con el GPS cada 100 m revelan desviaciones insignificantes de las medias de cada km. Media que se mantiene siempre entre el 7,5-8,5%, algo superior en el octavo kilómetro y algo más suave al final. En resumen, un puerto sin rampas exageradas, y que si nos encontramos bien podremos subir a ritmo constante y sin sobresaltos. Pero si tenemos un día poco inspirado, su pendiente media cercana al 8% y la total ausencia de tramos de descanso hará que nos parezca todo un Fuera de Categoría. La altimetría comienza en la rotonda de Martigny-Croix, dejando a la izquierda la ruta del Gran San Bernardo. La carretera gana pendiente de inmediato, trepa por la ladera y pronto traza una cerradísima curva a izquierdas (hotel incluido) que con un giro de casi 180º enfila la que será su dirección definitiva, SW. Sigue un largo tramo rectilíneo, en el que disfrutamos de unas vistas vertiginosas hacia Martigny y, detrás, el ancho valle del Ródano flanqueado por montañas de más de 4000 m. La pendiente aumenta, superando ampliamente el 8%, durante los kilómetros centrales de las ascensión, y la carretera traza a continuación cuatro pronunciadas curvas de herradura que nos dejan próximos a la línea de cresta. El último tramo de la subida vuelve a ser rectilíneo y con pendientes más suaves, que cerca del final llegan a bajar del 7%. Así podemos coronar tranquilamente este pequeño coloso, en cuya cima probablemente encontremos puestos donde poder saciar la sed (y el hambre). Podremos después descender por le mismo camino o proseguir hacia la frontera francesa y Chamonix, en un recorrido mucho más sencillo que el que nos ha traído hasta la cima de la Forclaz
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