Altigrafía y comentarios enviados por:
Miguel Baeza y Martín Cerván

Localización: Nos hallamos en la localidad hispalense de Peñaflor. Desde aquí tomamos la SE-140 en dirección a La Puebla de los Infantes iniciándose el ascenso al paso por el canal del Bembézar.

Especificaciones: Carretera estrechita y saltarina, aunque perfectamente señalizada. Cuenta con zonas sombreadas en los últimos tres kilómetros, aunque dependiendo principalmente de la hora del día.
No soporta un volumen de tráfico reseñable.

Fuentes: No hemos observado ninguna, por lo que habrá que abastecerse en Peñaflor.

Comentario: Un poco más suave que su vecina del Sanguino, aunque en mejor estado se halla la cuesta de La Almenara, que une las localidades de La Puebla de los Infantes y Peñaflor, siendo esta última donde toma su inicio prácticamente la subida.
Peñaflor es un municipio de origen turdetano, aunque adquirió verdadera importancia con la llegada de los romanos, llegando a acuñar su propia moneda. Situada al pie de la sierra y a orillas del Guadalquivir, durante la antigüedad la pesca era una de las principales ocupaciones de Celti, -que es como los fenicios la denominaban-, tal es así que Peñaflor presume de haber sido la primera localidad española en la que ubicaron fábricas de conservas, merced a las técnicas importadas de los fenicios.
Sin embargo su máximo esplendor le viene de época musulmana, cuando se mejoraron las construcciones defensivas que habían legado los romanos. De hecho, el nombre de la subida que vamos a afrontar es de indudable origen árabe.
Comenzamos el ascenso en las afueras del pueblo, después de haber afrontado un tramo en falso llano, justo donde el ascenso empieza a hacerse más acusado. Nosotros hemos tomado como referencia el puente sobre el canal del Bembézar, si bien es cierto que podríamos haberlo situado en el pueblo o, bien, en el km. 2.
En un principio, se suceden una serie de rectas que poco a poco nos irán alejando de la Vega del Guadalquivir para introducirnos en las primeras estribaciones de Sierra Morena. De los campos de cultivo pasaremos a la típica dehesa de estos parajes.
Después de un descansillo, la carretera se empina paulatinamente hasta situar sus rampas entre el 4 y el 6 por cien con algún que otro repecho de mayor entidad, a la par que su trazado se revira y la vegetación se espesa.
Pronto pasamos un cartel que indica el nombre de la finca próxima, que es el mismo de la subida, así como el de los restos mal conservados de un castillo de origen musulmán, concretamente de época almohade (S. XII), restos que, escondidos entre la maleza, es posible observar desde la carretera.
Lo cierto es que el ascenso es llevadero hasta este punto, pero pronto nos vamos a encontrar con algunas rampas exigentes. En cualquier caso, el trayecto resulta entretenido, pues vamos pendientes de observar a nuestra izquierda los restos del mencionado castillo y, así, casi sin darnos cuenta, superamos las pocas dificultades de la cuesta.
A poco más de 300 m. de altitud coronamos y nos disponemos a descender con prudencia por una carretera muy revirada hasta La Puebla.

Comenzamos la altigrafía en este puente sobre el canal del Bembézar:


Paulatinamente abandonamos la Vega:


Larga recta de falso llano al final de la cual comienza más propiamente la subida:


La abundante vegetación en ambas cunetas hace la subida más grata:


La foto junto al cartel es obligada:


Entre la arboleda asoman por primera vez los restos del castillo:


Rampas siempre próximas al 5%:


Abajo queda ya el Valle del Guadalquivir:


Alguna rampa supera tímidamente el 10%:


Sólo una torre del castillo parece haber resistido el curso de los años:


Al final la subida vuelve a suavizar:


Y coronamos en una rampa al 7,5%: