Comentario: La ascensión al Cementerio de Batres pasa por ser uno de los muros más desconocidos de Madrid. Pese a que no llega al kilómetro de longitud, esta cuesta contiene muchos ingredientes para hacerla divertida: rampas de dos dígitos, un pequeño descansillo, grandes vistas panorámicas... alicientes más que recomendables para descubrirla si se pedalea por la zona, de gran presencia ciclista por ser el último gran eje de Madrid sin desdoblar. El problema de los accesos a esta subida, cómo no, es el tráfico existente en la M-404, que suele ser bastante intenso.
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