CÓRDOBA LOS CHINARRALES
Norte
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Altitud: 818 m Distancia: 5,15 km Desnivel: 379 m Pendiente Media: 7,4 % Coeficiente: 95
 

Altigrafía y comentarios enviados por:
Miguel Baeza y Martín Cerván

 

Localización: Nos encontramos en la Sierra Subbética cordobesa. Tomamos como referencia el puente de la A-333 sobre el embalse de Iznájar, desde donde nos dirigimos hacia Cuevas de San Marcos por una carretera que lo bordea por el Sur. Tras varios kilómetros y sortear un corto repecho, se inicia el puerto.


Especificaciones: Carretera estrecha, de unos cuatro metros, aunque en buen estado. Cuenta con una señalización vertical incompleta y carece de horizontal. Las sombras son inexistentes al igual que el tráfico de vehículos de motor, excepto en la época de recogida de aceituna.

Fuentes: No hemos observado ninguna durante el ascenso.

Comentario: El extremo suroccidental del embalse de Iznájar esconde entre lomas y olivos la enésima trampa de la Subbética cordobesa. Lindando prácticamente con la provincia de Málaga en su cima, el puerto de los Chinarrales con sus poco más de 5 km. a casi el 7,5% de pendiente media se sitúa entre los puertos de paso más duros de la provincia cordobesa.
Pero casi más interesante que sus números es el hecho de enclavarse en un contexto montañoso muy adecuado para esas rutas de media montaña que en ocasiones resultan más demoledoras que consideradas como de alta montaña: abundan por las inmediaciones del embalse los puertos cortos y los repechos que, sin llegar a la categoría de puerto, cuentan igualmente con fuertes pendientes.
El inicio de Los Chinarrales, en las riberas del embalse, se ve precedido precisamente por un repecho de ésos que, más que servir de calentamiento, nos deja la musculatura tostada, si nos exprimimos más dela cuenta. Si bien es de justicia notar que las vistas que nos ofrece sobre el embalse y las sierras subbéticas resultan soberbias y sirven, en cierto modo, para mitigar el cansancio.
Circulamos por un camino rural asfaltado, de trazado revirado; luego de coronar a 569 m. de altitud un collado junto al cerro Cañaveral, afrontamos el descenso que nos va a situar a pie de puerto, tras un par de vaguadas.
Precisamente en una de estas vaguadas es donde vamos a iniciar el puerto que, si en su inicio no da muestras de la verdadera entidad que esconde, pronto nos va a poner en apuros con una primera rampa al 12%.
No obstante, no será hasta girar en una herradura a izquierdas, la única en todo el trazado del puerto, cuando verdaderamente comprobaremos la violencia de la cuesta. A nuestra derecha arranca una pista de tierra que conecta con Cuevas de San Marcos y con la presa del embalse.
Desde esta herradura nos aguardan 1.100 m. al 10,5% de media, que no está nada mal. Y, para que no pongamos excusas de ningún tipo, un cartel que indica 18% nos avisa de lo que está por venir, de modo que no podamos argüir excusas. Pero, lo que es peor, la carretera apenas sí volverá a trazar curva alguna, por lo que las rampas de doble dígito se suceden en rectas casi interminables. Por desgracia, además, el hermoso paisaje de que disfrutábamos en las preliminares, va a quedar en todo momento a nuestras espaldas, por lo que nuestras pupilas se van a teñir del verde reflejo del omnipresente olivar.
Conceden tregua unas rampas que incluso se vuelven descendentes tras superar un altillo. Pero la visión de la carretera remontándose nuevamente a media ladera asustarían al más curtido de los escaladores: 1.300 m. a casi el 11% nos aguardan de nuevo en trazado rectilíneo casi por completo. Rampas del 17% de pendiente máxima dan certeza al cartel que en la curva nos advertía del asunto… que no se diga.
Llegados a este punto hay que dejarse los riñones para imprimir ritmo a los pedales y avanzar camino de la cima.
Por fin termina el calvario y una nueva tregua devuelve oxígeno a la musculatura de nuestras piernas. Aún nos quedan unos varios cientos de metros de ascenso con duras rampas, mas la pendiente pronto cede hasta que coronamos junto a la almazara de los Chinarrales –que no falte el aceite- que nos sirve para dar nombre al puerto.


Fotos:
Inicio por rampas suaves:


Junto a las aguas del embalse de Iznájar:


A partir de aquí se complica el ascenso:


Ganamos altitud con celeridad:


Con un precioso telón de fondo:


Pero nosotros sólo podemos fijar la mirada en las rampas y los olivos que nos rodean:




Después del descansillo toca sufrir de lo lindo:


Las rampas no ceden:




Alcanzando, incluso, el 17% de máxima:


Alcanzamos un nuevo descansillo:


Y, por fin, vislumbramos la cima:


Coronamos este señor puerto a más de 800 m. de altitud:


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