Especificaciones: Los primeros 500 m son prácticamente una calle con el asfalto en buen estado. Una vez tomamos el cruce, la carretera pasa a ser muy estrecha y por supuesto sin señalización. El firme es de asfalto con buen estado general, aunque en los últimos cien metros está un tanto deteriorado. Sin embargo, no es liso, sobresaliendo las piedrecillas que lo componen, las cuales al tener el borde redondeado hacen que la zona de apoyo de la rueda sea mínima, lo que nos da problemas de adherencia como comentamos luego. El tráfico es muy escaso, pero debemos tener precaución en las zonas de poca visibilidad y fuerte pendiente, ya que es posible que nos encontremos con algún vehículo (nosotros nos cruzamos con dos). Abundantes sombras, casi continuas.
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Comentario: Es una pena que la bonita localidad de Mañaria, inicio también del famoso puerto de Urkiola, esté rodeada de canteras que afean su entorno. Es ésta una actividad que comenzó con la extracción de mármol (hoy agotada) en el siglo XVIII. Al conocer la calidad de la piedra, la Corona de España expropió por real decreto (nunca mejor dicho) las canteras ya abiertas, obligando a los lugareños a buscarse otros yacimientos para seguir subsistiendo. De allí salieron columnas para sitios tan conocidos como la capilla del Palacio Real de Madrid, el palacio de San Ildefonso o la Catedral de Lugo. Las canteras actuales explotan la piedra caliza. Sin embargo, en cuanto abandonamos un poco el núcleo urbano, nos damos cuenta que estamos en uno de los enclaves más espectaculares de Bizkaia, rodeados de colosales moles de piedra caliza entre los que bosques, caseríos y praderas compiten por ganarse un espacio. Es el caso de esta ascensión que nos lleva hasta el caserío de Landaluze, a medio camino del collado de Mugarrikolanda que separa la Peña Mugarra y el macizo del Leungana. Es un placer para la vista, aunque no tanto para las piernas. Se trata de una durísima ascensión y es que sus últimos 1300 metros tienen una pendiente media por encima del 15%. El tercer plato es imprescindible. Cuando presentamos en su día la altimetría de Elorriaga, decíamos que tenía el que probablemente era el km asfaltado más duro de Euskadi. Pues bien: el de esta ascensión iguala el porcentaje de aquél (el 15,4%), pero es incluso más duro por varios motivos: porque la pendiente es mucho más irregular, por la estrechez de la carretera que no permite culebrear y por los problemas de adherencia. Recomendamos su ascenso solo en verano, cuando el firme esté totalmente seco. Nosotros lo hemos hecho en otoño y la verdad es que resulta precioso por la sinfonía de colores de la vegetación. Pero aunque era un día soleado, en muchas zonas no llega un rayo de sol en esta época y estaban húmedas y con mucha hoja en el suelo. Esto hace que tengas que subir sentado so pena de perder adherencia y hay que hacer verdaderos esfuerzos para mantener la rueda delantera pegada al suelo. En el rampón al 30% que estaba bastante seco, intentamos ponernos de pie y estuvimos a punto de ir al suelo por patinar la rueda, debido al tipo de firme que hemos comentado. Una posibilidad era desinflar un poco la rueda, pero bastante reventados íbamos como para meter más resistencia. Y al bajar, ni os cuento. Bajábamos parados y en la herradura del 25% por su parte más abierta (que además estaba llena de hojas), las dos ruedas como si fuesen esquís, así que a soltar los frenos y por suerte salimos sin besar el suelo. La ascensión comienza muy suave y en el inicio nos encontramos con unas grandes cruces de piedra de un viacrucis, antes y después de la iglesia, que parecen advertirnos del viacrucis particular que vamos a sufrir. Poco antes del medio km tomamos la carretera de la derecha (está señalada en unos indicadores de madera) y aún tenemos un tramo suave para ver de frente nuestra meta más allá del último caserío que alcanzamos a ver. Después el primer tramo duro: 400 m al 16% de media con un pico del 22% por zona boscosa y húmeda. Un corto descansillo y ya en terreno más abierto otra dura rampa para superar una herradura junto a unos caseríos. Nuevo descansillo (eso sí al 10%) y el tramo más tremendo: 300 m al 20% de media con una herradura a derechas que tomamos por la parte abierta y llegamos a contabilizar el 25%. Por la derecha supera con creces el 30%. Y tras otras dos herraduras parecidas y un tramo recto, de repente, 70 m llanos hasta un caserío, para meternos de golpe en un rampón que quita el hipo. Es corto, pero tiene nada menos que el ¡30%!. Desde abajo parece que al final del mismo desaparece la carretera, pero ésta sigue al 15%. Y de ahí al final, aún seguiremos con una media por encima del 16%. Damos por terminada la ascensión al llegar a una pista de cemento que en 50 m lleva al caserío Landaluze. Y es que la carretera asfaltada que llegaba hasta él ha sido literalmente “tragada” por la vegetación.
Fotos:Mapa de situación
El inicio está a la entrada de Mañaria, justo al final de la cantera.
Este viacrucis parece premonitorio de lo que nos espera.
Antes de medio km tomamos este cruce a la derecha.
El final está por encima del último caserío que vemos al fondo.
Aquí comienza el sufrimiento.
Aunque no lo parezca, ésta es la parte más “suave”...
...como se puede comprobar un poco más arriba.
Las tremendas herraduras.
Con más detalle se puede apreciar el tipo de firme y la cantidad de hojas caídas.
La herradura en la que casi nos vamos al suelo bajando.
Bonita vista del caserío que hay al inicio de la terrible rampa del 30%.
La citada rampa del 30% vista desde arriba. Parece que hay un escalón en la carretera.
El entorno es espectacular.
Damos por finalizada la ascensión al llegar al cemento...
...porque la naturaleza se ha rebelado y se ha tragado el asfalto.
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