GIPUZKOA SANTIKURUTZ
Oñati
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Altitud: 765 m Distancia: 9,45 km Desnivel: 514 m Pendiente Media: 5,44 % Coeficiente: 275
 

Altigrafía y comentarios enviados por:
Josemi Ochoa

 

Localización: El punto de inicio lo situamos en la variante de Oñati, en la rotonda de acceso a la localidad, al sur de la citada villa. Nos dirigimos hacia Arantzazu.


Mapa de situación

Especificaciones: En los tres primeros km, carretera amplia, perfecta y con señalización horizontal. Luego, hasta el cruce en el km siete, carretera más estrecha, con buen firme y señalización horizontal lateral. El km que resta hasta el caserío Agerre, es una carretera muy estrecha, asfaltada y con buen firme. Unos metros después de dicho caserío el firme pasa a ser de hormigón, muy áspero e irregular, pero sin baches y apenas gravilla. Es un suplicio para circular, debido a que agarra un montón, lo que unido a la terrible pendiente, hace que sea poco menos que imposible no echar pie a tierra. Quien no se atreva con ello, se quedará también con una ascensión importante, de 150 puntos de coeficiente, aunque se perderá el magnífico panorama que alcanzamos a ver desde la cima. Las sombras son más bien escasas y solo hay algo de tráfico en los tres primeros kilómetros.

Fuentes: Una al final del tercer km, en el alto de Urtiagain, a la derecha. Una segunda, junto al caserío Agerre, llegando al km 8. Y una tercera a la derecha, al llegar al collado en el km nueve junto a un cartel descriptivo de la zona.

Comentario: No existe carta fundacional de Oñati, aunque ya en el año 1200 existen referencias escritas sobre la villa. Lo que no mucha gente sabe es que se anexionó a Gipuzkoa en una época tan tardía como 1845. Desde 1149 hasta esa fecha perteneció a familia noble de los Gebara, de ascendencia alavesa. Durante toda esa época fueron continuos los litigios pidiendo su incorporación a Gipuzkoa. Oñati dispuso de la universidad más antigua de Euskadi, un magnífico edificio renacentista estupendamente conservado, que estuvo en funcionamiento desde 1542 hasta 1901. La villa encierra también preciosas construcciones como casas torre, palacios barrocos y otros edificios que descubriremos paseando por sus calles y aledaños. Tierra de tradición pastoril, dispone de una escuela de pastores, única en el estado español, cerca del Santuario de Arantzazu, lugar que no debemos dejar de visitar. Toda la zona es un complejo kárstico, con multitud de oquedades y cuevas, siendo las de Arrikurutz las más visitadas.
En la parte más dura de nuestra ruta, pasaremos junto al caserío Agerre que, según cuentan, fue el lugar de nacimiento del terrible conquistador Lope de Aguirre, “la ira de Dios” como el se autodenominó, aunque no hay constancia documental del hecho. Parece ser que sí nació en Araotz, pero hay crónicas del S.XVI que lo sitúan en Aramaiona, con un origen humilde y un turbio pasado antes de ir a América. En dicho caserío sí nació el general Elorza, de quien existe un busto en su fachada.
Centrándonos en la ascensión, digamos antes de nada que los dos kilómetros finales son realmente terribles, de lo más duro que hemos visto nunca, con el problema acrecentado del suelo tan rugoso. Del km 7,4 al 9 tenemos un 18% de pendiente media. Aún con un tercer plato será casi imposible no tener que echar pie a tierra en algún momento. Como hemos dicho, quien no se atreva con este firme, que lo deje al acabar el asfalto, que bastante mérito tendrá el superar la tremenda rampa después del caserío.
Los tres kilómetros iniciales coinciden con la subida a Arantzazu y son de una cierta exigencia con alguna rampa que llega hasta el 13%. Los primeros 600 metros son bastante suaves y nos dejan en una zona con un trazado bastante rectilíneo y pendiente por encima del 10%, que se suaviza a ratos, hasta pasar el barrio de Uribarri por una rampa al 12%. Una recta y otra rampa seria tras la que llega una herradura, nos llevan hasta el asador de Urtiagain. Tras unos metros llanos, tomamos el cruce a la derecha hacia Araotz. Un vertiginoso descenso de casi dos kilómetros nos deja en un puente sobre un cortado aguas abajo del embalse de Jaturabe, cuya presa de piedra llegaremos a ver unos metros más adelante tras superar una larga rampa al 9%, flanqueada por un farallón rocoso a nuestra derecha. Llegamos así a un tramo suave hasta las primeras casas de Araotz. Pasamos junto a unas a nuestra derecha en un tramo recto y al final del mismo pasamos entre otras dos. Nada más rebasarlas, debemos tomar una carreterilla asfaltada a la derecha que carece de indicación alguna. Entramos en una zona muy suave sombreada y tras una curva de vaguada, comienzan los tremendos dos kilómetros de la pared final. Tras una herradura, llega un tramo bastante irregular y rectilíneo que en algo más de medio km, con pendientes que superan el 20% en algunos puntos, nos conduce junto al caserío Agerre. Una buena disculpa para superar la terrible rampa que vemos a continuación, es una paradita para refrescarnos en la fuente y para contemplar el busto del general Elorza. Y después, a apretar los dientes, a ponerse de pie sobre los pedales y a tirar de brazos, si queremos superar los apenas 150 metros que quedan de asfalto, con pendiente que en su punto máximo ronda el 30%. Pasada esta rampa encontramos un tramo suave que apenas nos permitirá recuperar un poco las pulsaciones, entrando en el rugoso firme de hormigón, notando inmediatamente la resistencia que opone al avance. La pendiente vuelve a endurecerse fuertemente y ya apenas bajaremos del 20% hasta llegar al collado a 300 metros del final. Va a ser poco menos que imposible no echar pie a tierra en alguna rampa fuerte. Y si esto ocurre, ponernos de nuevo sobre nuestra máquina va a ser una ardua tarea y no habrá más remedio que hacer algún tramo a pie. Tras un paso canadiense, vemos ya la ermita enfrente y superada una herradura, la pendiente pasa a ser un poco más “civilizada”. No nos queda mas que llegar al collado, ascender hasta la ermita y seguir unos metros más casi llanos hasta un caserío, punto final del camino. Solo queda recuperarnos un poco y disfrutar de las espectaculares vistas si la climatología no lo impide. Y sobre todo, mucha precaución en el descenso.

Fotos:

A poco del inicio pasamos junto al esperpéntico monumento al pastor vasco.


Pasando por el barrio de Uribarri.


La recta que lleva a la dura rampa que precede a la heradura antes de coronar Urtiagain.


Unos metros llanos y tomamos el cruce hacia Araotz.


El vertiginoso descenso.


Tras este parking, el puente y se reanuda la ascensión.


Circulamos pegados a un farallón calizo.


Un tramo suave y pasamos entre estas casas, tras las cuales giramos a la derecha.


Comienzan las rampas duras.


Sigue aumentando la dureza. Llegando al caserío Agerre.


Pasamos junto al caserío. Lo peor está por llegar. A la derecha, la fuente.


El tremendo muro visto desde arriba.


Si no llevamos un desarrollo adecuado, pie a tierra. Y aún llevándolo...


La pendiente decrece sensiblemente y se acaba el asfalto.


Vuelven las durísimas rampas.


Aquí se aprecia la dureza y el hormigón extremadamente rugoso.


Los descansos, por decir algo, son mínimos.


Si echamos pie a tierra, a subir un tramo andando, pues no hay forma de arrancar.


A partir de esta herradura, desde donde vemos la ermita (escondida tras el árbol), ya se suaviza algo el perfil.


Y llegamos al collado, desde donde queda el último esfuerzo, aunque no inhumano, para llegar a la cima.


Llegando junto a la ermita.


La pista termina unos metros después, ya por terreno llano, en el caserío que se ve al fondo.


Vista del final desde la ermita.


Una de las extraordinarias vistas que podemos contemplar desde el final.


Altimetrías de Puertos de Montaña
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