Comentario: Nuestro objetivo está en las “Coves de Canelobre”, situadas a 555m de altitud en la ladera oeste del Cabeçó d’Or (1210m). Nos dirigiremos hacia este monte sobre el típico paisaje semiárido de la costa levantina, con vegetación de monte bajo sobre tierra amarillenta. Empezamos con una corta rampa que nos permite salvar, pasando por encima, la circunvalación de El Campello y la autopista AP-7. Lo haremos con una combinación de dos rotondas separadas por un puente. Continuamos por un tramo llaneante acompañados de los pinos que flanquean la carretera. El recorrido ganará pendiente de forma progresiva durante los primeros 8 km, pero sin llegar nunca al doble dígito. Esta zona era en invierno, hace décadas, un hermoso mar blanco-rosáceo de flores de almendro. Las almendras se recogían aquí para llevarlas, más o menos por el mismo camino que seguimos, hasta las fábricas de turrón de Xixona. Hoy en día estos campos están abandonados, y tan sólo quedan unos troncos resecos y descuidados en las laderas abancaladas. En el km 5 encontramos una doble y amplia herradura enlazada a los pies de un caserón abandonado. Un kilómetro después se sitúa el “Mesón Concha”, justo en el cruce con la CV-773. Nosotros giraremos a la izquierda para coger esta carretera. Otros ciclistas continuarán por la CV-775 hasta el “Pino Manolo” de Aigües o hasta la “casita roja” del puerto de Relleu. Tras el cruce, vamos ganando altura sobre el “Mesón Concha” en una sucesión de herraduras. El tráfico se reduce sensiblemente, ya que esta carretera es muy poco transitada. Tan solo encontraremos algunos camiones procedentes de la cantera en días laborables; y en los fines de semana que la veda lo permita, cazadores en busca de conejos y perdices. Después de un tramo descendente de algo menos de un kilómetro llegaremos al cruce de la cantera, que nos quedará a mano derecha. Continuamos recto ignorando el cruce y el riesgo de encontrarnos con más camiones desaparece. Continuamos ascendiendo por la ladera con unas estupendas vistas de la bahía de Alicante. Podemos ver la Playa de San Juan, el Cabo de las Huertas, el Cabo de Santa Pola y la isla de Tabarca. Coronamos un pequeño alto con una casa y descendemos hasta Bussot. Debemos tener precaución en la última herradura antes del pueblo porque es muy cerrada. Al llegar a la iglesia abandonamos la CV-773 girando a la derecha y siguiendo las indicaciones de “Coves del Canelobre”. En este cruce encontramos la única fuente del recorrido, pero no podremos beber a no ser que llevemos calderilla, porque la fuente funciona con monedas. Terminamos de atravesar el pueblo en descenso para después incorporarnos, ya en ascenso, a la CV-774 dirección Xixona. A los 800 metros abandonamos esta carretera y tomamos la CV-776 girando a la derecha en un cruce bien indicado. En este cruce está el restaurante “5 hermanos”. Afrontamos, afortunadamente en un denso pinar, el último y más duro tramo de nuestra ascensión. Si levantamos la cabeza podemos ver nuestro objetivo colgado en las escarpadas laderas del Cabeçó. Es el mirador de las “Coves del Canelobre” que está a algo más de 200m sobre nuestras cabezas y lo debemos alcanzar en algo menos de 3km. El primer kilómetro es algo más llevadero, pero los otros dos se encaraman con pendientes que, si bien no rebasan nunca el 13%, sí que mantienen una pendiente elevada de forma más o menos constante. Las largas rectas contribuirán a minar nuestra moral. En el km 16,6 de nuestro recorrido llegamos a una amplia curva a derecha donde se alcanza el porcentaje máximo (13%). Este lugar recibe el nombre de Racó Seva y en él existe un parking donde los senderistas inician su ascensión al pico del Cabeçó d’Or (1210m). Ya sólo nos quedan unos 800m para llegar al mirador de las “Coves del Canelobre”. Las vistas son magníficas. Estamos colgados sobre la carretera que acabamos de subir con esfuerzo. A la izquierda vemos el mar, y de izquierda a derecha una buena muestra representativa de las montañas alicantinas. En primer lugar Fontcalent, aislada y pequeña aunque escarpada, la ignorada y despreciada montaña de Alicante ciudad. Esta ciudad vive de cara a su magnífico mar, pero de espaldas a sus también estupendas montañas. Invito a los senderistas a que se atrevan con sus cortas pero agónicas pendientes y a que encuentren la “fuente caliente” que le da nombre. A la derecha de Fontcalent vemos el Cid, el Maigmó (donde se encierran interesantes trampas como el Xorret de Catí, l’Alt de Guixop o el Balcón de Alicante), la Penya Migjorn de Xixona y el largo puerto de la Carrasqueta en el que se aprecia la recta carretera que asciende en pendiente constante y que parece trazada con regla. Después de disfrutar de las vistas exteriores, y tras previo pago de la cantidad estipulada, podemos admirar las vistas interiores de las cuevas. La zona visitable es una inmensa cavidad calcárea de 100m de altura.
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