BALEARES MONTE TORO
Es Mercadal (Menorca)
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Altitud: 349 m Distancia: 3,11 km Desnivel: 283 m Pendiente Media: 9,12 % Coeficiente: 84
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IB01
Monte Toro




 


Localización: Desde la localidad de Es Mercadal, situada en el centro de Menorca, la carretera Me-13 nos conduce hasta la misma cima del monte.
Especificaciones: Carretera ancha, con buen suelo y señalización horizontal. No hay sombras que merezcan tal denominación y el tráfico es abundante en temporada turística.
Fuentes: Ninguna.
Descripción: El Monte Toro es considerado como el centro espiritual, geográfico y simbólico de Menorca por antonomasia. Su silueta se alza impasible en medio de un entorno de suaves ondulaciones en el centro geográfico de la coqueta isla balear. Ciertamente esta cima puede presumir de no tener competencia puesto que, además de ser el techo isleño, es un lugar que destila su propio encanto, ya que, aunque 358 m de altitud puedan parecer pocos para un monte, al hallarse ubicado en una isla mediterránea de menos de 700 km², la cosa cambia.
Antes, incluso, de poner un pie en las inmediaciones de Monte Toro el turista se siente cautivado por la leyenda que esconde esta montaña menorquina. Y no es para menos. Los isleños de más edad y hasta los niños conocen bien la historia de su curioso nombre, cuyo origen parece estar relacionado con la creencia de que, años atrás, un toro guardaba la cima impidiendo el paso a todo aquel que pretendiera acercarse. Atraídos por unas intrigantes luces, cierta noche unos monjes osaron ascender hasta la cima y, para su sorpresa, encontraron allí al temible animal. Haciendo gala de la fiereza de su especie, el toro salió a su encuentro pero, al acercarse y contemplar las cruces que portaban los clérigos, en lugar de ahuyentarlos, los condujo hasta una cueva donde los monjes descubrieron la imagen de la Virgen del Toro, actual patrona de la isla. Mito o realidad, lo cierto es que la magia continúa envolviendo este emblemático el lugar. No obstante, los más escépticos apuntan que, en realidad, el origen de su denominación tiene que ver con la palabra con la que los árabes se refieren a algo elevado: tor. Y elevado, lo que se dice elevado, está.
Cultura, historia, naturaleza y leyendas conviven en esta solitaria montaña, creando una atmósfera especial a la que cuesta resistirse. Su fácil acceso, los servicios de que dispone y el espectacular entorno son, sin duda, los reclamos de este paraje natural en el corazón de la isla que, por su parte, encierra interesantes secretos. Uno de ellos es precisamente el pueblo blanco que se encuentra a sus pies y del que partiremos para coronar la cumbre, Es Mercadal, ubicado en el centro de Menorca en el punto donde se cruzan los principales caminos que van de este a oeste y de tramontana a mediodía. Esta localidad conserva casi intacto el encanto de la arquitectura tradicional isleña, la esencia menorquina e incluso la tranquilidad. Ya a principios del XIV, por orden de Jaume II, se comienza a celebrar allí uno de los tres primeros mercados semanales de la isla, junto con los de Mahón y Ciudadela, costumbre que se mantiene todos los jueves del año. Hay que visitar la iglesia renacentista de San Martín, y el aljibe público aún en uso desde la gobernanza del inglés Richard Kane, ya que Menorca, como el cuestionado Peñón de Gibraltar, fue posesión británica desde principios del XVIII, si bien fue devuelta a España a finales de la centuria.
Poco que decir de la ascensión al Monte Toro, por cuanto sus apenas 3 km de longitud no dan para grandes peroratas. Aunque, eso sí, la dureza de los dos últimos puede (y sabemos que lo ha hecho) sorprender y derrotar a más de uno. Ya veis en la altigrafía que, salvo en los primeros y rectilíneos 500 m de aproximación a la base de la montaña, las rampas de doble dígito son continuas, lo que hará que, quien no suba entrenado, no podrá disfrutar de unas magníficas vistas sobre el espacio circundante.
Cuando sí gozaremos de su destacado emplazamiento será al coronar junto a la explanada presidida por la estatua del Sagrado Corazón. Pero lo que de verdad merece nuestra atención es el santuario de la Mare de Deu del Toro, construido en el siglo XVII sobre las ruinas de una antigua iglesia gótica en una de cuyas capillas hay una talla de madera de la virgen, y en otra se muestra la cueva legendaria del Monte Toro. Junto al santuario podremos observar la imponente torre defensiva del siglo XVI, testimonio de tiempos pasados, que advertía a los menorquines ante incursiones enemigas.
Pero lo que de verdad debe atraer nuestra mirada es el inigualable panorama que se divisa sobre toda la isla.




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