CANTABRIA LUNADA
Liérganes
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Altitud: 1317 m Distancia: 31,45 km Desnivel: 1230 m Pendiente Media: 3,19 % Coeficiente: 226
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CA11
Lunada






Localización: Se trata de la CA-260 que desde Liérganes remonta la Cordillera Cantábrica para dirigirse a la localidad burgalesa de Espinosa de los Monteros.
Especificaciones: El asfalto se encuentra en buenas condiciones hasta San Roque de Riomiera y en algo peor estado a partir de ese lugar, pero perfectamente transitable. Las sombras, abundantes en la primera parte de la ascensión, desaparecen por completo según vamos ganando altura. Tráfico escaso. Niebla tupida con frecuencia.
Fuentes: Una a 5,5 km de la salida. Dos más en San Roque de Riomiera y otra en el barrio La Concha, aunque no sabemos si tiene agua. El bar cercano nos puede sacar del apuro.
Descripción: Uno de los colosos de la Cordillera Cantábrica en la provincia montañesa, de renombre ciclista por sus ascensiones en la Vuelta a España donde suele estar considerado como de categoría Especial, más por su longitud que por la dureza de sus rampas.
Esta vertiente norte del territorio pasiego comprende las cabeceras de los valles cántabros del Miera, el Pisueña y el Pas, río este último que da nombre a toda la comarca, que aún se extiende más allá hasta abarcar otros enclaves cercanos, y cuyo topónimo parece derivar del latín passus, que viene a significar para algún autor algo así como “garganta estrecha y difícil de un monte”. No se puede encontrar mejor definición para este territorio de “montañas bravas y desiertas”, como se las consideraba en la antigüedad, de prados de suave hierba y picos altivos que provocaron estas líneas, en el siglo XVIII, a Gaspar Melchor de Jovellanos: «Emprendimos a caballo la subida. No es ponderable su aspereza, altura y fragosidad; a pie, perdimos el aliento». No seremos nosotros quienes nos atrevamos a llevar la contraria al inmortal Jovellanos, pero sí que queremos emprender con todos vosotros la ascensión al Portillo de Lunada, surcando la parte alta del valle del río Miera, valle glacial de dimensiones colosales, con un paisaje convertido hace trescientos años en lo que ahora es. Pero, eso sí, cambiaremos de montura para iniciar nuestra ruta.
Los 9 primeros kilómetros hasta que dejamos la ruta que nos lleva a Miera, nombre que designa al río que iremos remontando a lo larga de nuestra escalada, son prácticamente llanos, con algún repecho para ir calentando motores. Antes habremos admirado el núcleo antiguo de Liérganes, donde conoceremos la leyenda del “hombre pez” y degustaremos los afamados “sacristanes”, que nos aportarán las calorías necesarias. Pronto, en la Cruz de Rubalcaba, suplicaremos que las fuerzas no nos abandonen en nuestra ascensión.
Pasado el cruce a Miera y la fuente aneja, un puente dará el toque de atención a nuestros músculos que se van a tener que enfrentar inmediatamente a un tramo duro mantenido con algún máximo del 10%. Tras el núcleo de Linto aparecen de nuevo las rampas pronunciadas, incluso al 12% en algún repecho. Dos curvas de herradura en el Km 16 nos dejarán junto a la iglesia y los famosos restaurantes del municipio más importante de la subida: San Roque de Riomiera.
Si conseguimos vencer la tentación de dejarnos llevar por la gusa llegaremos enseguida al cruce a la derecha que nos llevaría al duro Alto del Caracol que da paso al Valle de Carriedo. Lo dejamos para otra ocasión pues aún nos quedan 14 km de escalada constante que se sitúa siempre entre el 5 y el 7%, salvo el Km 23 que alcanza un 8%. Un kilómetro más adelante trazaremos una curva de vaguada a la izquierda, que pondrá punto final a la ladera derecha del valle que venimos remontando, para emprender el tramo final de la ascensión por la ladera opuesta.
Ya vemos ante nosotros el muro que hemos de superar hasta alcanzar allí arriba lo que suponemos será la única salida posible al circo en el que estamos ya totalmente encerrados. Cuando llegamos al mirador de Cobalruyo damos la espalda al paisaje que nos ha acompañado hasta ese momento al tomar la curva de herradura que nos encamina hacia los dos últimos kilómetros de nuestra interminable ascensión. Todavía alguna desagradable rampa cercana al 10% nos hará desear llegar al monolito que señala el Portillo y el inicio de la provincia de Burgos, y al cartel del puerto. Todavía podemos intentar rizar el rizo descendiendo 400 m por la vertiente castellana y tomando a la izquierda la carretera que asciende a la Estación Militar con una dureza bastante mayor que la que traíamos, pero que es de acceso restringido. Menos mal.
Mapa situación:

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