CÓRDOBA PUERTO ARTAFI
río Guadiato
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Altitud: 527 m Distancia: 5,98 km Desnivel: 339 m Pendiente Media: 5,68 % Coeficiente: 55
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CO02
Puerto Artafi






Localización: Partimos del puente de los Boquerones, que cruza el río Guadiato en la carretera CO-3402, en dirección a Santa María de Trassierra.
Especificaciones: Pista forestal de unos 5 m de ancho y en perfectísimo estado, con señalización vertical y horizontal. El tráfico es escaso. Una frondosa vegetación aparece en los últimos kilómetros del puerto brindándonos una sombra impagable.
Fuentes: Ninguna a la vista.
Descripción: Aún por descubrir para la gran familia cicloturista está el cordobés valle del Guadiato, auténtico vergel de Sierra Morena. La zona quizás no cuente con colosos como los de provincias no lejanas, pero acumula tal cantidad de puertos “menores” que un paseo puede convertirse en una auténtica emboscada, sobre todo si no somos buenos conocedores de la ruta y subestimamos su entidad. Es esta una zona habitual de rutas para los cicloturistas cordobeses.
Estos parajes fueron escenario de la guerrilla antifranquista que tuvo lugar en la Sierra Morena cordobesa durante la postguerra, Se calcula que en esos años un pequeño ejército que se aproximaba a los 10.000 guerrilleros, el maquis, apoyado por un número mucho mayor de enlaces –“los ojos y los oídos de la guerrilla”–, se enfrentó al régimen en todo el territorio español.
Lo primero que nos sorprende al iniciar este precioso ascenso es la cantidad de agua que lleva el río incluso en fechas estivales: resulta agradable ver tanto caudal en una tierra calurosa como esta; en segundo lugar, el valle en sí: su vegetación de ribera, los riscos cercanos, la tranquilidad que el entorno nos inspira. Pues bien, el actual puente de Los Boquerones no existía en la década de los 40, y en su lugar, una maroma apoyada en los estribos rocosos de ambas márgenes (llamados por esto La Piedra del Cable), permitía salvar el cauce sobre un cajón, que transportaba por igual quesos, panes, algún animal e incluso personas.
Cruzamos el puente y comienza el ascenso con su kilómetro más duro, tan solo al 6%, de un puerto que no es traicionero. Seguimos, al principio, la dirección del río hasta la primera curva de herradura con alguna rampa suelta al 10% y, una vez tomada, vemos al frente el trazado de la carretera hasta la siguiente loma y notamos la altura ganada sobre el valle que cada vez nos resulta más grandioso. Si el calor nos lo permite iremos aumentando nuestro ritmo de ascenso, aunque casi es mejor tomárselo con tranquilidad para disfrutar del puerto lo máximo posible: cada curva propicia una nueva y diferente mirada a nuestro entorno.
Entusiasmados continuamos nuestro pedalear a medida que nos vamos adentrando en una extraordinaria foresta ya en los tres últimos kilómetros que, de repente, nos impedirá divisar el paisaje del que nuestros ojos venían gozando hasta el momento. Incluso el aroma de un pinar cercano romperá en algún tramo el predominio de la dehesa. Hasta tal punto se espesa la vegetación entre zarzas, arbustos y arboleda que llega a cubrirnos por completo durante unos cientos de gratísimos y sombreados metros: permítannos que estemos sorprendidos con tanta humedad en plena época estival y en una tierra derretida por el sol. Admirable de ver.
Así da gusto continuar y casi no nos damos cuenta de que la carretera sigue ascendiendo hasta que en un claro, junto a un pequeño grupo de casas, que se abre de repente coronamos el puerto.
(texto de Martín Cerván)
Mapa situación:

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