Localización: Al final del doble sentido, viniendo del Port de Sóller por la Ma-11, dejaremos a la izquierda un carril bici hacia L´Horta. Por la carretera de circunvalación seguimos en dirección a Palma y, poco antes del túnel (prohibido a las bicis), continuaremos por el antiguo trazado (Ma-11A) hacia el coll |
Especificaciones: Carretera en muy buen estado, de unos 8 m de anchura y con señalización horizontal. Tráfico intenso hasta el desvío del túnel, y prácticamente inexistente hasta la cima, cuando la carretera se estrecha manteniendo la señalización. Sombra abundante por esta ladera. |
Fuentes: Hay una a mano izquierda, conocida como Font de la Reina, en el Km 8,4 desde el inicio. |
Descripción: A unos 3 km de la costa, cuando las montañas al norte de la Serra de Tramuntana se abren a una cuenca poco profunda, se encuentra el pueblo de Sóller, dominado por laderas boscosas y cuyos suelos fértiles permiten el cultivo de cítricos, olivos e higos. Las flores de los almendros brillan de colores rojo y blanco en febrero, mientras que las naranjas maduras a finales del verano le dan a todo el valle un suave tono exótico. Sin embargo, el nombre "Valle del Oro" no se debe a los brillantes cítricos, sino al "oro líquido" de los moros: el aceite de oliva. Esta población, considerada una de las más bonitas de España, nos hace sentirnos trasladados a pretéritos tiempos. Su curioso nombre procede del árabe suliar, que significa “cuenco dorado”, una denominación muy acertada para describir el fértil valle de naranjos que lo rodea. Entre sus calles percibiremos la mano de Joan Rubió i Bellver, conocido discípulo de Gaudí, cuyas obras más relevantes son la iglesia neogótica de San Bartomeu y el Banco de Sóller, fruto de la historia de una de las ciudades mallorquinas con un pasado más floreciente gracias a la exportación de naranjas y vinos a Francia. De hecho, la orografía de la zona provocó que Sóller viviera de espaldas a Palma, debido a la dificultad de las comunicaciones, y se centrara en la exportación a través de Marsella. Para visitarlo viniendo desde la capital isleña, os recomendamos el “Tren de Sóller”, su principal atracción: un ferrocarril de vía estrecha, inaugurado en 1912, que conecta Palma de Mallorca con esta localidad, para facilitar el transporte de olivas y cítricos. Hoy se ha convertido en una atracción turística. Otra atracción más que interesante es el "Rayo Rojo", tranvía desde el casco antiguo de Sóller hasta el puerto de la ciudad. Para escapar de aquí, deberemos enfrentarnos al que posiblemente sea el puerto más clásico de la sierra de Tramuntana, transitado en varias pruebas ciclistas, incluida la Vuelta a España. Al hallarse tan poco frecuentado por coches nos permite realizar una ascensión a nuestro aire, sin el estrés que produce una caravana de vehículos provocada por nuestro relajado pedaleo. El Coll de Sóller se ha ganado su popularidad por muchos motivos: la tanda de incesantes curvas hasta la cumbre, el buen estado de la carretera y el paisaje que lo envuelve, con unas vistas fabulosas hacia el mar. La Ma-11 por la que comenzamos la ascensión es bastante amplia, pero el molesto tráfico impide que sea un recorrido especialmente interesante. Los cuatro primeros kilómetros, con un trazado rectilíneo, van ganando paulatinamente en intensidad, sin llegar a endurecerse en ningún momento. Si bien, desde que dejamos a la derecha el túnel vedado a nuestras monturas, iniciaremos nuestro particular Alpe d’Huez, con unas pendientes medias mucho más asequibles (al 6%), pero con un mayor número de herraduras: 30 por esta vertiente, que entre un denso pinar nos harán muy agradable la subida. Tras pasar la Font de la Reina, el bosque se abre en una zona de huertas escalonadas y vemos ya las últimas herraduras que nos conducen al alto, donde encontraremos un mirador con vistas al interior de la isla mallorquina. Ha caído todo un clásico del ciclismo balear.
|
Mapa situación: |
|
Vídeo: |
|
|
© |
|