CENTENERA, LA
Arenas de San Pedro
ÁVILA
Foro
34507
1341 m 15,83 km 835 m 5,27 % 143



Localización: En Arenas de San Pedro tomaremos la carretera AV-712 en dirección al Hornillo y El Arenal.
Especificaciones: Carretera de unos 4 o 5 m, sin señalización horizontal y escaso tráfico entre abundante vegetación no demasiado tupida.
Fuentes: Podremos llenar nuestros bidones en el mismo Arenas y en los pueblos de paso. Y luego encontraremos otras tres en los 3 km finales del puerto.
Descripción: Nos hallamos ante uno de los grandes puertos olvidados de la provincia de Ávila. La Centenera comparte poco más de 10 km en una de sus vertientes, la de Mombeltrán, con el precioso puerto del Pico, aunque aquí nos vamos a centrar en su otra cara, la que parte de Arenas de San Pedro y que, con identidad propia, hace de esta subida un puerto con mayúsculas. Sus casi 16 km, los 835 m de desnivel, su paisaje y las poblaciones por las que transita hacen de esta experiencia un trayecto más que aconsejable para nuestras bicicletas, con unas pendientes más o menos llevaderas que nos dejarán disfrutar del telón de fondo que suponen las, posiblemente nevadas, altas cumbres de Gredos.
Saldremos de Arenas pedaleando junto a las piscinas naturales, donde podremos darnos un chapuzón en los días cálidos de verano. Remontando el cauce de río Arenal, iremos ascendiendo en dirección norte, acercándonos poco a poco hacia las altas cumbres. La vegetación, debido a la explotación agraria, es abundante pero poco frondosa y dejando campo abierto a nuestros sentidos.
La carretera irá aumentado su inclinación poco a poco pero siempre manteniéndose suave y agradable, alternado sol y sombra. En El Hornillo, ya nos encontraremos alguna rampa que nos complicará un poco más nuestro alegre pedaleo. Esta localidad, de olor a pan y leña, es un pequeño y bonito pueblo de poco más de 600 habitantes, siempre vinculado a la historia de Arenas y que a duras penas se abre sitio entre las empinadas laderas de la montaña. Dedicado casi en su totalidad a la explotación forestal, nos da paso y fuente para meternos de lleno en el siguiente tramo de subida hacia nuestro destino.
El Arenal se vislumbra poco después de salir de El Hornillo. Los 3 km que los separan vuelven a ser bastante llevaderos. Entre terrazas de roca oscura y olivos el camino se hace corto hasta llegar al pueblo donde la carretera nos hará un poco más difícil nuestro viaje, con algunos tramos algo más exigentes que lo que hemos traído hasta ahora y un tramo adoquinado que nos mantiene en alerta al paso por este bonito pueblo. Nada más dejar El Arenal tendremos un leve descenso que nos va a servir para empezar a pensar que los 6 km que restan es lo más duro del puerto. Las vistas se abrirán, y toda la variedad de frutales que hemos ido viendo irán desapareciendo, dejando al pino como nuestro único acompañante. La carretera se endurecerá y serpenteará por la ladera de la montaña. No tardaremos en salir otra vez a campo abierto. Las cumbres ahora ya sí que están más cerca y sentiremos esa extraña pregunta que nos hacemos a veces: “¿Por qué no asfaltarán el camino ese que sube casi hasta los 2000 m del viejo puerto del Arenal?”. Bueno, todo sea por la Naturaleza.
La dureza de la carretera nos indica claramente que estamos transitando por el Km 14, con más de un 8% de media, lo que no supone gran problema ya que estamos llegando a uno de nuestros lugares preferidos del puerto. Un par de arroyos dejan caer alegremente agua por la ladera y arribamos al último punto de avituallamiento frente al refugio de la Ortiga y, poco después, a nuestro pequeño chozo. Quizás sea algo personal, pero nuestro sentimiento hacia este lugar hace casi irresistible el hecho de no pararse allí a respirar un poco más tranquilo. Un pequeño refugio de antiguos pastores, construido en piedra y paja, se mantiene altivo y en perfecto estado.
Seguiremos con desniveles a tener en cuenta, pero el puerto va tocando a su fin. Un serpenteo y una curva de vaguada sobre río Arenal cambian la orientación de la ascensión y comenzamos a atisbar lo que puede ser el punto final de la escalada. Llegando a la cima, el espectáculo de la cresta de los altos picos de Gredos se basta por sí solo para dejar un hondo recuerdo a todo cicloturista que hasta allí haya decidido acompañarnos.

(texto adaptado de Ricardo Landaburu e Ismael Sánchez)
Mapa situación: