PIRINEOS
GAVARNIE-BOUCHARO
Luz St. Sauveur
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Altitud: 2273 m Distancia: 30,9 km Desnivel: 1590 m Pendiente Media: 5,15 % Coeficiente: 314
Gavarnie-Boucharo



Localización: Vamos a ir remontando la Gave de Gavarnie por la D-921 hasta la localidad de ese nombre, que luego pasará a llamarse la D-128 hasta el Col de Boucharo.
Especificaciones: Carretera en perfecto estado y con señalización horizontal hasta el refugio de Holle. Desde ese punto la ruta se estrecha y desaparece dicha señalización. Las sombras irán escaseando a medida que ganamos altura para dar paso a las praderas de alta montaña. El tráfico es intenso hasta Gavarnie y mucho más llevadero desde esa localidad hasta coronar. El estado actual del último km hace que sea casi imposible realizarlo en bici de carretera.
Fuentes: Una, de dos caños, en Sia, otra en Gèdre y otra más en Gavarnie. No hay que despistarse en este pueblo por cuanto ya no encontraremos ninguna otra hasta la cima, salvo el bar de la Estación de esquí.
Descripción: Nos hallamos sin duda ante uno de esos puertos inolvidables que todo buen aficionado debe conocer. No tiene la fama de otros bien cercanos ni siquiera una dureza excesiva en sus rampas, pero va a dejar un recuerdo imborrable en cualquiera que se atreva con sus más de 30 km desde Luz-St. Sauveur. Al transitar en dirección a la bella población de Gavarnie admiraremos el desfiladero que a lo largo de los siglos ha ido horadando la gave (río) que lleva su nombre. A poco de salir de Luz, y tras un primer kilómetro de cierta exigencia, nos detendremos a contemplar extasiados el Puente de Napoleón y, si tenemos suerte, coincidiremos con algún aficionado al "puenting", que disfruta de la inmensa obra de ingeniería encargada por el emperador Napoleón III para dar aún mayor atractivo a esta localidad pirenaica en la que su esposa Eugenia de Montijo pasaba largas temporadas. En este tramo de carretera de abundante circulación tendremos como puntos de referencia más claros el puente en zig-zag en el núcleo de Sia, la presa de Pragnères y el bello pueblo de Gèdre donde, si no tenemos prisa, podemos entrar en la Oficina de Turismo y gozar con su preciosa maqueta en relieve de esta zona de los Pirineos.
Unas curvas de herradura nos sitúan por encima de esa bonita localidad y continuamos con calma nuestro pedaleo en dirección al enclave turístico de Gavarnie, dejando su famoso circo y cascada a nuestra izquierda. El tráfico desaparece a partir de ese punto y podemos ahora disfrutar de verdad de los encantos de un paisaje esplendoroso. Una nueva sucesión de herraduras nos permite alcanzar la Grange de Holle, cuando la carretera se hace aún más atractiva. Dejando a la derecha un barranco con el rumor de una cascada, iniciamos el tramo más exigente de todo el puerto, bordeando un enorme peñasco que parece observar nuestro lento pedaleo.
Una nueva sucesión de herraduras nos va a dar paso a un panorama totalmente diferente, como si de otro puerto se tratara. Esta zona tan dura apenas si tiene un momento de respiro al alcanzar la estación de esquí de Les Especières, para de nuevo continuar machacando nuestras piernas tras casi dos horas de pedaleo sin descanso. Nueva panorámica ante nuestra extasiada visión en la que las praderas empiezan a verse ocupadas por rebaños de ovejas, las auténticas señoras del entorno.

Vemos los telesillas coronando el Pic de Tentes, que parece colgado del cielo. Y superamos una herradura tras otra hasta entrar en el recinto mágico del Parque Natural de los Pirineos. Tres curvas finales dan acceso al parking del col de Tentes donde unas rocas cierran la carretera de rectilíneo trazado hasta el col de Boucharo, que ya divisamos allí al fondo del circo.

Al tratarse de un Parque Natural el tránsito de bicicletas hasta ese final está prohibido. Pero así como Roldán tajó con su espada una Brecha en la pared montañosa que nos contempla, nosotros también hemos logrado dejar nuestra impronta en uno de los más bellos enclaves pirenaicos.
Mapa situación:

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