PIRINEOS
AUBISQUE
Laruns
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Altitud: 1709 m Distancia: 17,05 km Desnivel: 1197 m Pendiente Media: 7,03 % Coeficiente: 266
Aubisque



Localización: Es la D-918 que une los valles del Ossau y del Pau, a caballo entre el Béarn y Lavedan. Esta vertiente se inicia a la salida de Laruns y enlaza, tras la cima, con el impresionante Circo de Littor en dirección al Col del Soulor y Argelès-Gazost.
Especificaciones: Carretera con asfalto rugoso y señalización horizontal. Sombras a tramos que van desapareciendo según nos acercamos a la cumbre y con tráfico abundante en épocas de nieve, por atravesar la estación de Gourette.
Fuentes: Una a la derecha al paso por Eaux-Bonnes.
Descripción: Esta es la vertiente más exigente de uno de los más míticos colosos pirenaicos, que para algunos (como era el caso del inolvidable Fernando Escartín) supera incluso al, para la mayoría, más temido Tourmalet. Nosotros nos vamos a permitir disentir del ciclista de Biescas, pero sin poner en duda en ningún momento que nos hallamos ante una de las ascensiones más importantes que se pueden realizar en los Pirineos centrales. La vertiente de Laruns se inicia en el mismo puente sobre la Gave d'Ossau para abandonar, tras una curva de herradura que sirve de advertencia de lo que nos espera, la ruta que se dirige hacia el también digno de admiración Col del Portalet. Entramos así en el tramo más llevadero y umbrío de toda la ascensión, con pendientes situadas casi de continuo entre el 4 y el 6% hasta alcanzar la estación termal de Eaux-Bonnes. El espectacular Casino con que nos recibe esta población nos invita a dedicarnos a otro tipo de apuestas personales mucho más relajadas, aunque no siempre nos concedan buenos resultados.
También la aventura que emprendemos, si decidimos continuar nuestra ruta, puede depararnos algún disgusto en forma de fracaso personal si no la afrontamos con la preparación y mentalidad suficientes. Siempre bajo el manto protector de los árboles vamos a tener que medirnos a las primeras rampas de consideración, una de las cuales viene señalada con un cartel amenazador del 13%. La pendiente media ya se sitúa claramente por encima del 7% y va creciendo paulatinamente en intensidad a medida que ganamos altura. El paso por dos túneles sucesivos, con nuevas rampas al 10%, nos dará una idea bastante fiable de las fuerzas con las que afrontaremos los kilómetros que aún nos restan. Las aguas que descienden de las montañas que nos rodean van a ser franqueadas por diversos puentes entre los que destaca por su popularidad el Puente de Goua; casi suena a ladrido canino para expresar el cansancio que vamos acumulando y el miedo a lo que nos encontraremos por delante. Desde aquí hasta el alto la pendiente no baja prácticamente nunca del 8% y las rampas se suceden de manera ininterrumpida para que empecemos a dudar del éxito de nuestra empresa.
Cuando, ya sin árboles que obstaculicen nuestra vista, descubrimos más arriba los edificios de la Estación Invernal de Gourette nos hacemos la ilusión que ya tenemos al alcance de la mano el final del sufrimiento. Nada más lejos de la realidad: más nos valdrá que al pasar junto a la iglesia de Nª Sª de la Nieves le pidamos las fuerzas necesarias para el buen fin de nuestros empeños. Ya sólo nos quedan algo más de 4 km hasta coronar pero, entre el cansancio acumulado y la dureza de esas rampas, se nos van a hacer eternos. Por lo menos la visión del Hotel de las Crestas Blancas -nombre bien apropiado, por cierto- nos servirá de referencia intermedia para que esos interminables 4000 metros parezcan dividirse en dos mitades más pequeñas y, por ende, más asequibles. Una última herradura a la derecha da paso al esfuerzo postrero antes de encarar, tras la definitiva curva a la izquierda, la rampa que da acceso al placer inmenso que nos otorga la sensación del éxito logrado. Y, si no es así, por lo menos nos quedará como regalo final el espléndido panorama que se ofrece a nuestra extasiada visión. Y...otra vez será.




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Mapa situación:

 
 Vídeo:
 
 
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