PIRINEOS
PLATEAU DE BEILLE
Les Cabannes
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Altitud: 1786 m Distancia: 16 km Desnivel: 1251 m Pendiente Media: 7,82 % Coeficiente: 299
Plateau de Beille



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Localización: La subida a la estación de esquí se inicia en la localidad de Les Cabannes y discurre por la D-522 a lo largo de 16 km.
Especificaciones: La carretera tiene unos 5 m de ancho, con un suelo en buen estado. El tráfico es escaso, si exceptuamos los fines de semana de la temporada de esquí. Mucha sombra salvo en los cuatro kilómetros finales.
Fuentes: En la misma plaza de inicio hay una bouche d’incendie de la que se puede beber. Hay un cartel de font en el Km 10,3 pero nosotros no vimos ninguna en el margen de la ruta.
Descripción: Cuando oímos hablar de la bonita región francesa de l’Ariège, a los “fous des sommets” se nos va de inmediato el pensamiento al extraordinario puerto de Pailhères, que sin embargo por su vertiente de Ax-les-Thermes no llega a alcanzar la dureza de esta ascensión que vamos a comentar. Y es que vencer una subida de 16 km a casi el 8% de pendiente media no es empresa fácil.
Tras encajar correctamente las calas en los pedales en los primeros 200 m llanos que atraviesan la plaza de Les Cabannes, la visión de la primera rampa al 13% del «Plateau» (pronúnciese “plató”) nos hace patente que nos va a ser imposible afrontar la ascensión con el «plato» que tal nombre parece sugerirnos. Al contrario: seremos muchos los que nos conformemos con una ración más pequeña, que nos cabe, y de sobra, en el «platillo». Precisamente ese primer doble centenar de metros de inicio son los que hacen que el primer kilómetro no alcance la pendiente media mantenida que se sitúa ya entre el 8 y el 9%, siempre al amparo del espeso arbolado, con constantes herraduras y por una ruta que nos recuerda a tantas otras del Pirineo francés. No tenemos posibilidad alguna de distraernos con alguna vista panorámica que nos permita liberarnos de la irritante sensación de que el pedaleo se nos está haciendo cada vez más costoso. Y, lo que es peor, de vez en cuando notamos que el esfuerzo se agudiza, y es que las rampas por encima del 10% van haciendo su aparición constante como queriendo recordarnos que de «meter el plato», rien de rien. De todas maneras, los pequeños carteles que desde la cuneta nos indican la altitud a la que nos encontramos y la pendiente del próximo kilómetro ya consiguen que desistamos de plantearnos siquiera cualquier tipo de exhibición ante los compañeros.
Cuando parece que por fin hemos conseguido encontrar nuestro ritmo, el Plateau se empeña en recordarnos que no se va a dejar vencer sin sufrimiento, pues al paso por el Km 9 y con una señalización de “peligro, caída de piedras”, entramos en la zona más exigente del puerto, con un largo tramo por encima del 10%. Superado este tremendo escollo, la pendiente tiende a suavizarse, aunque quizás esa sensación no sea más que la respuesta de nuestras piernas al alivio que supone salir indemnes del martirio padecido. Así que, cuando dos kilómetros más adelante «veamos, por fin, la luz» al dejar atrás el último árbol, podremos empezar a pensar en la victoria definitiva en unos 300 m que nos dejan recuperar las piernas y el aliento al paso junto a la Cabaña Pierrefitte.
No está todo hecho, ni mucho menos, aunque cierto es que en los kilómetros siguientes la dureza disminuye y, entre la admiración de las montañas que nos rodean y el trazado de un par de herraduras que nos encaraman al Paso de Roldán (¡el franco se nos aparece en todas partes!), pronto podemos dar vista a la estación de esquí y la enorme explanada que da nombre al Plateau de Beille. Es el momento de disfrutar del espléndido panorama pirenaico que nos envuelve.


Mapa situación:

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