ALPES
ALLOS
Colmars
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Altitud: 2249 m Distancia: 22,2 km Desnivel: 1003 m Pendiente Media: 4,52 % Coeficiente: 169
Allos



Localización: Es la D908 que une los valles del Verdon y de l’Ubaye, y las localidades de Colmars y Barcelonnette.
Especificaciones: Hasta la estación de esquí en La Foux-d’Allos la carretera es ancha, en buen estado y señalización horizontal. A partir de ese punto se estrecha mucho y desaparece dicha señalización. Tráfico abundante y ninguna sombra.
Fuentes: En el Km 8,5 hay un área recreativa con una muy generosa.
Descripción: Iniciamos la ascensión de este tercer coloso de la “Ruta de los Tres Gigantes” de los Alpes en la atractiva localidad fortificada de Colmars, junto a las mismas murallas que envuelven la ciudad vieja, para ir remontando, de manera muy plácida al principio, el río Verdon abriéndose paso en este valle de Allos, que perteneció al reino de Saboya hasta el Tratado de Utrech (1713).
El col que nos ocupa tiene tres partes bien diferenciadas: los primeros 9 km, hasta poco después de la localidad que le da nombre, solo son un falso llano (2% de media) a lo largo de una ancha y rectilínea ruta que no alcanza la calificación de puerto. En los siete siguientes, hasta la animada estación de esquí de La Foux d’Allos, la pendiente media ya se sitúa cercana al 5%, lo que tampoco supone ninguna dificultad excesiva, ¿verdad? Como siempre transitamos por una carretera de cierto nivel de tráfico, nos arriesgamos a que la monotonía nos invada y nos planteemos para qué estamos aquí: esto no merece la pena. ¡Qué equivocados estamos!
Justo a la salida de la estación trazaremos una herradura derecha que da comienzo a la parte fascinante de este afamado puerto alpino. Aún nos restan 6 km para coronar y el panorama, ahora sí, se vuelve espectacular contemplado desde una fabulosa serie de “lacets”, sobre arcos de piedra en la ladera, que van a permitirnos remontar 400 m en la pared que cierra el valle. La monotonía se transforma, como por arte de magia, en energía que nos renueva las fuerzas, que seguro son ya escasas para muchos. Una montaña rusa que pasamos por debajo nos entretiene en la parte inicial de este tramo postrero. Solo hay un problema no pequeño: el tráfico por esta carretera, ahora bastante más estrecha, dificulta nuestro pedaleo y nuestra tranquilidad para gozar del paisaje. No importa: el esfuerzo merece la pena y, al ver allá en lo alto, los coches detenidos en el paso montañoso, sabemos que el final está bien cerca y es que, además, ¿qué prisa tenemos?
No somos como los 27 ciclistas que lo han coronado en cabeza en 34 ediciones del Tour desde 1911 en que se subió por vez primera, entre cuyos nombres seguro que reconocemos los de Lapize, Petit-Breton, Bartali, Coppi, nuestros Berrendero y Santamarina, Mercks y el último valiente, Simon Geschke, en 2015. No deja de ser curioso que desde la 2ª Guerra Mundial sólo se haya ascendido en 9 ocasiones, frente a las 25 anteriores al conflicto bélico. Pero todo esto nos son más que datos que refrendan al col d’Allos como uno de los puertos que han escrito la historia de la Grande Boucle. ¿Y a nosotros qué? Lo que de verdad importa es que hemos acertado de pleno al subir hasta los 2250 m que leemos en el cartel, donde seguro que nos sacamos la foto que inmortalizará nuestra gesta particular.
Mapa situación:

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