PIRINEOS
SPANDELLES
Etchartes (D-126)
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Altitud: 1376 m Distancia: 10,29 km Desnivel: 859 m Pendiente Media: 8,34 % Coeficiente: 219
Spandelles



Localización: En la D126 que desde Asson lleva al Col de Soulor, encontramos la aldea de Eschartès, 1,2 km antes de Ferrières. Allí nace la D602 que es la que deberemos seguir. El cruce está perfectamente señalizado.
Especificaciones: Carretera muy estrecha, de apenas tres metros, sin señalización alguna. El firme, que dejaba bastante que desear, fue reasfaltado en 2022, con motivo del paso del Tour de Francia. Abundantes sombras y tráfico casi inexistente.
Fuentes: No hemos observado ninguna.
Descripción: Este puerto separa los valles regados por los ríos l’Ouzom y La Gave de Pau. Un tanto eclipsado por los colosos de la zona (Aubisque, Tourmalet, Soulor…), era un gran desconocido para muchos aficionados hasta que fue elegido como puerto de paso en la 18ª etapa del Tour de 2022 y entró en la historia a lo grande. Se subió por esta vertiente y para siempre quedará en el recuerdo la épica batalla entre Pogacar y Vingegaard por la posesión del maillot amarillo. Continuos ataques del esloveno, que no pudo descolgar al danés que vestía dicha prenda, precedieron a un descenso escalofriante, en el que Vingegaard estuvo a punto de irse al suelo y Pogacar besaría el asfalto poco después. En un gesto de deportividad, el danés lo esperó y a la postre se llevaría el triunfo en París.
Estamos en un paraje casi virgen, en medio de una amplia zona de interés ecológico, faunístico y florístico (ZNIEFF) aspecto que unido a la estrecha y retorcida carretera, junto a la ausencia de tráfico, aporta a la ruta un especial aroma primigenio de aventura, tranquilidad y comunión con la exuberante naturaleza que nos rodea. Apenas en los primeros 3 km encontraremos algunas casas y bordas de ganaderos y pastores; a partir de ahí, solo bosque autóctono y terreno virgen. Esta vertiente tiene más claros que la opuesta y ofrece zonas para disfrutar de preciosas vistas en la segunda mitad de la ascensión.
En cuanto a las características del puerto, queda claro a primera vista que tenemos que enfrentarnos a una dureza considerable. Apenas hay dos kilómetros que podemos considerar moderados: el séptimo y el final. En el resto estamos en pendientes medias que rondan el 9%, sin descanso alguno. Al menos, las pendientes máximas, que llegan al 14-16%, son cortos repechos, la mayoría de los cuales están en curvas de herradura. De todos modos, un puerto que supera los 200 puntos de coeficiente de dificultad, en tan solo 10 km, es para tomárselo en serio y mantener la calma para lograr un ritmo adecuado a nuestras posibilidades. A tener en cuenta que lo sinuoso de su trazado, con sus 18 curvas de herradura y vaguadas, va a ser un punto subjetivo a nuestro favor ya que los continuos cambios de perspectiva ayudan psicológicamente a disimular la dureza real. Y al descender, sea por esta vertiente o la opuesta, mucha precaución porque la carretera es muy estrecha y en algunas curvas puede haber algo de gravilla. Nosotros no luchamos por el maillot amarillo.

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