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| Localización: Estamos en el paseo de la playa de Kamari en la isla griega de Santorini. El inicio lo situamos en la confluencia con la última calle. Realmente existe una calle más allá, pero solo lleva a un parking. |
| Especificaciones: De los tres km, el primero es de asfalto en buen estado. El segundo de pavés con las juntas bien recogidas con mortero excepto en los últimos 200 metros. Y el tercer km pasa a ser de hormigón liso en perfecto estado. Bastantes sombras, algo poco común en la isla y un cierto tráfico de turistas, aunque poco peligroso dada la escasa velocidad que permite tan tortuosa ruta. Si no tenemos bicicleta, a 20 metros del inicio tenemos un establecimiento que las alquila. Eso sí, será una especie de “camión todoterreno”, pero es lo único que hay. |
| Fuentes: Dadas las características del terreno, no existen fuentes públicas en toda la isla. En el inicio hay varios pequeños establecimientos donde podemos adquirir cualquier bebida. |
Descripción: Sin duda alguna, Santorini es la más espectacular de las islas griegas. Eminentemente volcánica, solo tiene una pequeña montaña caliza (donde precisamente se sitúa esta ascensión) que es parte de su estructura original. Porque el resto es fruto de sucesivas erupciones de un volcán de hace 80.000 años, bastante joven geológicamente hablando. Su actual morfología en forma de media luna proviene de un enorme cataclismo en época bastante reciente. Hacia el año 1.600 a.d.C, el centro de la isla se hundió en el mar, provocando una enorme explosión que aniquiló a todos los habitantes de la isla. A continuación un enorme tsunami barrió todo el Mediterráneo, provocando, eso se cree, la destrucción de la civilización cretense. El volcán se mantiene activo en la actualidad, formando una pequeña isla en el centro del semicírculo que conforma la propia isla de Santorini. La última erupción, aunque solo de gases y algo de ceniza tuvo lugar en 1950. En 1956, un terremoto destruyó la mayoría de los edificios de la isla. Actualmente es un lugar turístico de primer orden, con sus casas blancas colgando en los abruptos acantilados de la caldera.
Esta ascensión lleva a las ruinas de la antigua Thira, una amalgama de civilizaciones con restos dóricos, fenicios, egipcios, romanos y bizantinos. Choca un poco la ubicación de esta ciudad en un punto tan elevado y agreste, aunque evidentemente era un lugar idóneo para defenderse. Tenía complejos sistemas de recogida de aguas de lluvia, dada la escasez de este elemento en la isla. Unas ruinas que bien merecen una visita.
La ascensión en sí es absolutamente espectacular y atípica, no exenta de una dureza considerable. Espectacular por las vistas que vamos teniendo según ascendemos y atípica por sus diferentes firmes y porque no es muy común encontrar nada menos que 22 herraduras en tan solo dos km. Tras 300 metros cómodos, por una calle comercial con pequeños establecimientos y restaurantes, giraremos a la izquierda y la pendiente aumenta de forma considerable. Esta pendiente es bastante irregular a lo largo de toda la ascensión, con continuos y cortos cambios y durante km y medio tendremos más de un 10% de pendiente media. La sensación de dureza debería ser aún mayor en la zona de pavés, pero la belleza de la ascensión y las continuas herraduras, hacen que casi nos pase desapercibida. En la parte final desaparecen los árboles y se reduce un tanto la pendiente hasta llegar a una rotonda donde acaba el tráfico rodado. Pero para darle más morbo, podemos intentar llegar hasta la taquilla de entrada por una rampa de cien metros que supera el 20%. Solo nos queda disfrutar de las vistas y del descenso que es tan espectacular como el ascenso. |
| Mapa situación: |
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Altitud: 281 m
Distancia: 3,05 km
Desnivel: 276 m
Pendiente Media: 9,05 %
