PICO ARIEIRO
Funchal
PORTUGAL
Foro
764
1803 m 18,8 km 1795 m 9,55 % 758



Localización: Estamos en Funchal, capital de la portuguesa isla de Madeira. Iniciamos el ascenso en la Praça da Autonomia, en el inicio de la Rua 31 de Janeiro.
Especificaciones: Los primeros 700 m son por la citada Rua 31 de Janeiro, con un tráfico caótico. El tramo del tremendo muro, hasta Monte, es una vía que se va estrechando y aunque no hay mucho, el tráfico es en las dos direcciones, así que precaución. El resto, carretera en buen estado con señalización horizontal. En el muro de Comboio, a primeras horas de la mañana, hay sombra. En el resto del día, si hay sol, puede ser un horno. En la parte central hay tramos con sombra que desaparecen en los seis kilómetros finales. Algo de tráfico, pero no agobiante.
Fuentes: Hay dos, la más aparente en el Km 2,2, en el muro de la Rua do Comboio, pero mejor no tenerlas en cuenta por la dificultad de volver a arrancar. Al llegar a Monte (Km 3,5) tenemos dos en la plaza arbolada de la derecha. Otras en el km 4,1, en el 6,1 desviándonos 200 m hasta un mirador bajo una iglesia y una última (Km 10,9) en el área recreativa de Montado do Pereiro, entrando por una pista.
Descripción: El Pico Arieiro es a nuestro juicio el puerto insular más importante. Su escalada ofrece distintas opciones. La subida al observatorio (estación de radar) del Pico Arieiro, 1803 m, es la más emblemática de la isla y es todo un reto, se suba por donde se suba. Si bien algunas de sus vertientes podrían estar catalogadas entre los puertos más duros de Europa. El Pico Arierio tiene numerosas vertientes: todas ellas, salvo la suroeste, confluyen en un mismo punto, el Paso Poiso (cota 1382). De ahí en adelante y hasta la cima Arieiro, la carretera que conduce a la estación de radar es común, con un final asequible de 6,6 km al 6,4% de pendiente media. El problema, como ahora veréis, es llegar a ese Paso Poiso.
La vertiente que hoy os presentamos es la que consideramos más dura de todas, la vertiente sur por Funchal, vía Rua do Comboio.
Es bien sabido que los ciclistas utilizamos infraestructuras viarias que en un principio habían sido concebidas para el tránsito en otro tipo de vehículos. Así, por ejemplo, el esquí ha sido un aliado imprescindible en la construcción de nuevas subidas en los macizos montañosos más importantes de Europa. También el ferrocarril nos ha legado unos trazados maravillosos, que se abren paso a menudo entre rocas cortadas a golpe de pico, túneles encajonados e impresionantes viaductos, y que hoy en día disfrutamos bajo el nombre de Vías Verdes. El trazado del ferrocaril también es el origen de esta ascensión. Pero dos accidentes acaecidos en el primer tercio del siglo XX y el fin del turismo durante la 2ª Guerra Mundial, condenan a su cierre en 1943 y las vías serán desmanteladas. Los laterales del trazado de la antigua vía se irán poblando con viviendas y cercados de manera desordenada, y finalmente pasará a ser asfaltado. En recuerdo a su pasado, a las dos largas calles rectas que se formaron se les llamó Rua do Comboio y Caminho de Ferro. Nacía así el desafío más brutal que Madeira ofrece hoy en día a los ciclistas más intrépidos y aguerridos: la vía directa de ascenso al Pico Arieiro. En ocasiones y cuando nos enfrentamos a algo tan brutal como lo que os vamos a describir, uno se pregunta: pero ¿por qué hicieron esto? Sólo los antecedentes históricos que nos han servido de introducción, podían dar una explicación lógica a los apenas 2,7 km que separan el nivel del mar de una altitud de 580 m. Desaparecido el tren y asfaltada la carretera, aún nos ronda la cabeza una pregunta: ¿cuántos coches aparcados en esta interminable carretera se irán calle abajo tras haber cedido sus frenos de mano a lo largo del año?
Subir la Rua do Comboio es subir por donde subía el tren. Ni más, ni menos. Por hablar de un modo más claro y comprensible, es como enfrentarse a cinco Cueña les Cabres seguidas en nuestro querido y temido Angliru. Simplemente eso. No va a pasar del 24%, pero no va a bajar del 20%, presentando 2,2 km al 21% de pendiente media. Empieza duro y acaba siendo aún peor. La carretera es estrecha y está salpicada por algunos cruces como son la rua Luzia, la rua Livramento o la rua San Antonio. La dureza de este tramo es difícil de explicar y de imaginar siquiera. No hay descanso: es una recta, no hay curvas, no hay tregua psicológica. Mirar hacia arriba es desmoralizarse aún más. Hay que escoger cuidadosamente los momentos para hacerlo porque te puedes venir abajo. La pendiente la notas, la sientes y no hay escapatoria posible. Es demasiado larga, demasiado empinada, demasiado… recta. Lógico, por ahí iba la vía del tren en línea recta.
Este tramo de poco más de 2 km constituye por sí solo uno de los mayores retos a los que nos hemos enfrentado sobre la bicicleta. Cuando uno llega al barrio de Monte y vuelve a la dulce carretera principal que sube desde Funchal con pendientes medias nunca inferiores al 11,5% durante otros 5 km, la sensación de alivio que se tiene es indescriptible. De ahí hasta el Paso Poiso no voy a decir que sea un paseo, porque no lo es, pero tras superar un tramo tan terrorífico desde un punto de vista físico y sobre todo psicológico, uno ya se limita a pedalear con suavidad. Teniendo en cuenta el desarrollo y desgaste con el que se viene de abajo, pese a que aún avanzamos con lentitud, tiene uno la sensación de hacerlo sin esfuerzo.
Al llegar al Paso Poiso uno ve que es punto de encuentro de un montón de carreteras, las otras vertientes posibles de Arieiro. A partir de ahí el puerto aún suaviza más y no habrá pendientes importantes hasta el final. Eso sí, el Pico Arierio se muestra en todo su esplendor. La sensación de humedad de abajo desaparece; disfrutas del aire, la montaña, las nubes que casi las puedes coger con las manos. La parte final es esa que sólo tienen los grandes puertos. Aquí está el gran puerto de Madeira, y no olvidéis, que subáis por donde subáis, estáis ante un coloso en toda regla: el auténtico rey de Madeira.
(texto de Rubén Berasategui
Mapa situación: